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El Eterno no iba a dejar al Hombre sin guía directa, sin Su orientación que explicitara el código ético/espiritual (que viene incorporado implícitamente en el ADN espiritual del hombre), por eso al instante de ser creado el hombre como tal el Eterno le dio los Siete Mandamientos Universales, de los cuales el ser humano solo podía aplicar en la práctica seis de los mismos (era vegetariano, o quizás vegano, así que la ley de no comer del animal con vida no tenía utilidad por ahora).
Poco tiempo después el hombre se desvió, al punto del llevar al mundo a una enorme catástrofe de la cual se salvó Noaj/Noé y su familia, junto a las especies de animales llevadas en el arca.
Desde que Noaj descendió del barco, de inmediato, el Eterno reafirmó aquel pacto sagrado con la humanidad y dejó el arcoíris como recordatorio de los Siete Mandamientos.
Fue un pacto de Dios con TODA la humanidad, para todas las generaciones, que se mantiene vigente y activo hasta el día de hoy para todos los seres humanos.
Así pues, estoy seguro de que tú (si no eres judío) conoces efectivamente los Siete Mandamientos para las Naciones y los cumples a rajatabla. Son tu parte en la asociación que tienes con el Creador, lo quieras o no, lo sepas o no.
De ti, y solo de ti, depende ser consciente de esto, saberlo, cumplirlo y ayudar a tus hermanos gentiles a hacerlo.
Si eres judío, tienes muchas más responsabilidades, que ahora te comento.
Unos siglos más adelante Dios permitió que una familia entre las otras, la del pueblo de Israel, recibiera un código mucho más profundo y complejo, lleno de mandamientos, hasta un total de 613, de los cuales se derivan miles de reglas y normas de vida.
El día que Dios proclamó este nuevo código es SHAVUOT, que en este año gregoriano 2018 celebraremos a partir del sábado 19/5 al anochecer y durante dos días los judíos de la Diáspora (en Israel dura uno solo).
Celebramos que el Eterno proclamó públicamente ante todo el pueblo judío, unos tres millones de personas, diez tremendas y poderosas frases, que contienen los 14 mandamientos que corresponden al Decálogo (los mal llamados Diez Mandamientos).
En este día se realizó un pacto diferente al que tienen todos los descendientes de Noaj, uno que es exclusivo para los miembros de la familia judía. Por tanto, no es para ninguna otra persona o nación.
Una alianza que también es eterna, como la de Él con los gentiles, y que corresponde a la espiritualidad de las personas judías.
Que como ves no es un camino sencillo pues contiene 606 mandamientos más que los que corresponden a los gentiles.
¡Imagínate el terrible peso de cargar con esta responsabilidad!
El mismo día de SHAVUOT comenzó Dios a dictarle a Moshé la Torá Escrita, herencia y propiedad del pueblo judío para toda la eternidad.
Una tarea que transcurrió durante 40 días y noches consecutivos y que se fue completando a lo largo del tiempo, hasta el año en que Moshé murió.
También el Creador le instruía a Moshé con el núcleo fuerte de la Torá Oral, parte esencial e indispensable de la Torá y que se mantuvo activamente, con el esfuerzo y dedicación de sabios y el pueblo judío durante milenios. Por razones que no vienen al caso ahora una parte de esta Torá Oral tuvo que ser puesta por escrito muchos años más adelante, lo cual permite acceder a ella, siempre y cuando se tenga conocimiento de sus claves y los maestros que la instruyan correctamente.
Pero se entregó algo más en ese día y que no fue para los judíos.
Dios reiteró los Siete Mandamientos Universales, para confirmar de manera definitiva el pacto existente con el Hombre desde el inicio de su existencia. De esta manera se sellaba definitivamente el destino de los pactos, uno perpetuo para los gentiles, el otro perpetuo para los judíos. Ambos paralelos y de inmenso valor y santidad.
Así pues, los judíos tienen mucho para agradecer y cumplir en SHAVUOT; los gentiles tienen lo propio para agradecer, conocer y cumplir.
Que todos tengamos una feliz festividad, llena de alegría y sentido y que permita que seamos cada vez mejores constructores de SHALOM.
