Parashat Vaetjanán 5767

Shabbat: Av 13, 5767; 28/7/07

 

Un comentario de la Parashá Vaetjanán (Devarim 3:23 – 7:11)
*Camino de Vida*
Shalom, bienvenido nuevamente.
Cada parashá contiene una fuente inmensa, sino infinita, de enseñanzas.
Pero Vaetjanán es particularmente intensa, profunda, repleta de sabroso contenido que purifica y nutre el espíritu.
Podríamos leer y escribir libros completos sin salir de esta parashá, porque, por ejemplo, se encuentra el Shemá Israel, o la segunda enunciación del Decálogo, entre otros temas.
Pero quiero concentrarme en un solo párrafo, para estudiarlo someramente.

Devarim / Deuteronomio 4:4 dice: «vehatem hadvekim vaH’ Elokeijem jaiim kuljem haiom«.
Estas palabras se pueden traducir/interpretar de la siguiente manera:

Vehatem: y ustedes,
hadvekim: los que están adheridos
vaH’: en el Eterno,
Elokeijem: al que reconocen como único Dios,
jaiim: viven
kuljem: todos ustedes (o todo de ustedes)
haiom: hoy.

«Y ustedes, los que están adheridos en el Eterno, al que reconocen como único Dios, viven todos ustedes (o todo de ustedes) hoy.»

Parece un poco extraño el final de esta frase, pues, ¿no es obvio que si Moshé les está hablando los «ustedes» que menciona, necesariamente deben de estar vivos?
Entonces, ¿por qué hace énfasis en que están vivos HOY?

Tenemos al menos dos respuestas.
La primera es literal, y se desprende a atender (como corresponde) al contexto del versículo.
Véamoslo:

«Sus ojos han visto lo que el Eterno hizo con respecto al Baal de Peor, cómo nuestro Elokim destruyó de en medio de ustedes a todo hombre que fue tras el Baal de Peor.
Y ustedes, los que están adheridos en el Eterno, al que reconocen como único Dios, viven todos ustedes (o todo de ustedes) hoy.»
(Devarim / Deuteronomio 4:3-4)

Es sencillo comprender la frase al estudiarla así.
Nos refiere la Torá que hubo alguna gente que murió a causa de graves rebeliones, sin embargo permaneció con vida la mayoría del Pueblo, porque no fueron detrás de las conductas perjudiciales y mortales, sino que escogieron seguir la Senda del Eterno, apartarse del mal y hacer lo bueno.
A estos que quedaron les habla Moshé, y les hace notar que si permanecen hoy con vida, es porque eligieron el bien y la vida.
Es un importante mensaje, una distinción fundamental.
El hecho de que «aquí y ahora» estemos con bien, en gran medida es consecuencia de las correctas decisiones que hemos tomado en el pasado. Cuando TODOS tomamos las decisiones acertadas, entonces, el bien es generalizado, ya que no se producen desequilibrios que perjudiquen a lo social ni a lo individual.

La segunda respuesta es un poco más profunda.
Se puede entender el «HOY» mencionado por Moshé, como un hoy atemporal, un instante eterno.
Se comprende así: todo aquel que se vincula intensamente con el Eterno, tiene la promesa de una vida sin término. De existir en un constante presente de regocijo, por estar ante la Divina Presencia.
De esta manera, Moshé no le está hablando solamente a los sobrevivientes del desastre por Baal Peor, sino a todos nosotros, a todos los que estamos prestando atención a las palabras de la Torá.
Nos está indicando el camino a la vida eterna, a la dulce Posteridad.
Nos dice que si estamos aferrados a valores muertos, o de muerte, el resultado jamás puede ser de vida. Pues, la vida surge de lo que está vivo y vivifica.

Adam fue formado con polvo de la tierra, es decir de materia inerte. Tenía contornos de persona, pero no era más que una estatua, sin vida. Solamente cuando el Eterno introdujo hálito vital, el muñeco cobró vida, y obtuvo capacidad de generar más vida.
Fue algo más que materia animada, pues se convirtió en un ser humano, con todas sus facetas y complejidades abismales.
Podía ser socio de la Creación, ya que tenía la capacidad de dotar de vida al mundo y de transformarlo. Pero no solamente en el plano físico, pues en eso es similar a los animales. Sino dar vida en lo que es típicamente humano: cultura, pensamiento, arte, fantasía, y especialmente espiritualidad.

Al morir, el cuerpo se degrada, se reintegra al ambiente. Como ocurre con el resto de los seres vivos.
Pero, una parte del ser humano permanece con vida: el espíritu, aquello que lo animó desde un primer momento.

Viene la Torá y nos enseña a no olvidar esa otra faceta humana, la espiritualidad. Nos indica cómo hacer para cultivarla, desarrollarla, sostenerla con vida y usarla como dínamo de mayor vitalidad:

«Andad en todo el camino que el Eterno vuestro Elokim os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y para que prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a tomar en posesión.»
(Devarim / Deuteronomio 5:30)

La adhesión al Eterno por medio de conocer Su Torá y cumplir con Sus mandamientos, tal es la Buena Senda para la vida en Este Mundo y la vida eterna en la Posteridad.

Como el camino es largo, 613 mandamientos, lo bueno es comenzar a conocerlos, a saber de su existencia y las halajot que les conciernen. Luego, ponerse a caminar, de a poco, mejorando cada día un poquito más nuestra manera de comportarnos, para perfeccionarnos.
Sin la ansiedad de querer recorrer todo el camino hoy, pero sin la pereza de dejar de andar, con la excusa de que es mucho y muy fatigoso.

Cada día un poquito más de vida, cada día un poquito más de vida…

¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

 

Moré Yehuda Ribco

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