El rezo completo está compuesto por:
- alabanzas al Eterno (hablando CON Él, NO de Él), de acuerdo a lo delineado por los Sabios;
- pedidos (para sí y para el otro); y
- agradecimientos (por TODO lo recibido).
Al incluir estos tres ingredientes la receta nos provee de un rico alimento que nos nutre, alimenta al prójimo, irradia LUZ al entorno y eleva la calidad de vida general.
Entonces, reza con KAVANÁ, que es el sentido y enfoque; aprovéchalo para conocerte, conocer al otro y conocer más acerca de tu relación con el Santo; así encontrarás en el rezo algo más que un ritual o un pasatiempo estéril.