Dios en tu angustia

«Imó Anojí betzará…con él Yo estaré en la angustia.»
(Tehilim/Salmos 91:15)

La angustia existe, no es una sensación térmica.
El mal acecha y lanza sus dardos causando daños, también la bueno e inocente.
NO TODO es bueno, aunque eventualmente todo pudiera ser para bien.
Y esta verdad es la que deja bien en claro la Torá desde la más remota antigüedad.
Por ejemplo, cuando los israelitas estaban padeciendo la cruda maldad de la esclavitud en Egipto, en ningún momento nuestra Tradición (la verdaderamente espiritual y judía) enseña que aquello era no-malo.
Así cuando el Creador participa a Moshé de que ha llegado el tiempo del rescate, lo hace desde la zarza ardiente que no se consumía. Para simbolizar el sufrimiento del pueblo judío, las espinas que lo atormentaban, el fuego que laceraba su cuerpo, la angustia que le corroía el alma… y sin embargo el espíritu se mantenía luminoso y claro, por ello el arbusto no se consumía, no se extinguía.
El Talmud, así com el Midrash, analizando ese pasaje de la Torá es que usa el verso de los Salmos con el cual comenzamos esta enseñanza.
Dios está con nosotros en el momento de la angustia, y es esta la afirmación contundente de que el mal existe y nos agrede, sea que lo merezcamos o no.

Lo que hacemos con esa angustia es lo que transforma nuestra realidad.
Podemos quejarnos, amargarnos más, sumar dolor al sufrimiento, rebelarnos contra el Creador, hundirnos en deseos negativos, abjurar de lo bueno, rechazar la justicia, y todo un montón de otras reacciones perjudiciales.
O podemos estar bien seguros de que Él está con nosotros, aunque estemos en el último aliento en una cámara de gas en un campo de exterminio. Porque también allí Él estaba con nosotros.
Su constante Presencia no significa que cambiará mágicamente los acontecimientos, porque no debemos vivir dependiendo de milagros. Él permite que las cosas sucedan, también las que nos dañan aunque no las tengamos merecidas.
Pero finalmente, es Él quien juzga y pone las cosas en orden.
Tal vez para nosotros no haya una respuesta benéfica en este mundo, quizás la angustia nos acompañe hasta el hartazgo, pero si confiamos en que Él es Justo y Misericordioso, y si tenemos la plena convicción de que este mundo es solo un breve instante de nuestra existencia en la eternidad, entonces, sabremos que nada queda sin ser resuelto para bien.
Quizás el fruto de ese bien no sea para nosotros en esta vida, pero sin dudas hay un Juez y hay Justicia, así como es infinita también Su Misericordia.

Por tanto, lejos de la filosofía que enajena la mente y pudre el corazón; apartados de la idolatría que infecta hasta la podredumbre mortal; debemos confiar en el Eterno y hacer nuestra mejor parte.
Él está con nosotros, mientras le dejemos hacerlo.

En los últimos ataques antisemitas allí, un skinhead apuñala e intenta matar a algunos judíos moscovitas cuyo único pecado es el deseo de orar. A pesar de la notable relación que el principal rabino de Rusia disfruta con el presidente del país, la comunidad judía se siente impulsada a crear su propio aparato de autodefensa. Ya no pueden confiar en la protección del estado.



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