El racismo, el extremismo, el fanatismo, la ceguera fundamentalista, el eliminar al diferente, son varios nombres para lo mismo:
un inmenso vacío personal, y un espantoso terror a reconocerlo;
por lo cual, se enceguece ante la realidad, y destruye todo aquello que puede señalarlo en su falta.
Amar no es fundirse en el otro, borrar los límites, olvidar la propia identidad,
amar es respetar a cada uno en su esencia y su estar en el mundo.
Por favor, no uses la excusa de amar para destruir.
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Admiro y reconozco al Judio terrenal, me gusta aprender, llevar a cabo lo que mi cuerpo, alma y espíritu necesitan, soy un pecador como todos, por que no hay justo, ni aún uno, mas confío en la gracia y la misericordia del Señor de los Espíritus, El Rey de Reyes y Señor de Señores, el Gran Yo Soy.