La Parashá Devarim y Tisha BeAv: Reflexiones sobre la Memoria y la Esperanza

Cada año, la lectura de la Parashá Devarim coincide con el período de las Tres Semanas de duelo que culminan en Tishá BeAv, el día más triste del calendario judío. Este período nos invita a reflexionar sobre la destrucción de los Templos de Jerusalén y otras tragedias que han marcado nuestra historia. La Parashá Devarim, con su énfasis en la memoria y el aprendizaje del pasado, ofrece una perspectiva profunda y relevante para este tiempo de introspección y luto.

El Valor de Recordar

En la Parashá Devarim, Moshé Rabenu (Moisés) comienza su discurso recordando los eventos que ocurrieron desde la salida de Egipto hasta la llegada a las fronteras de la Tierra Prometida. Este acto de recordar es fundamental para la identidad y la continuidad del pueblo judío. De manera similar, Tishá BeAv es un momento de memoria colectiva, donde nos unimos para recordar las destrucciones de los Templos y otras calamidades que hemos enfrentado como nación. A través del recuerdo, mantenemos viva nuestra historia y aprendemos de nuestros errores y sufrimientos. Llorar no tiene sentido, aunque puede servir como válvula de escape y como alerta para avisar que estamos en situación de impotencia. Por ello, mejor que llorar es hacer un análisis comprometido de los eventos y nuestras reacciones y vincular una acción positiva al recuerdo.

Reflexión y Arrepentimiento

La Parashá Devarim nos muestra la importancia de la reflexión y el arrepentimiento. Moshé recuerda las rebeliones y los errores del pueblo en el desierto, no para condenarlos, sino para ofrecer una oportunidad de aprendizaje y corrección. Tishá BeAv nos invita a una reflexión similar. Es un momento para hacer una introspección profunda, reconocer nuestras fallas y buscar formas de mejorar tanto individual como colectivamente. El luto no es solo por el pasado, sino también una llamada a la renovación y la esperanza.
Nos sirve para preguntarnos cómo puede ser que aún persista el exilio y la destrucción, cómo no hemos podido reunir a los dispersos y reedificar en plenitud a Ierushalaim. Lo acontecido en el pasado reverbera aún en el presente, y existe alguna conducta que persiste en mantenernos en exilio.

El Precio de la Desobediencia

Moshé advierte al pueblo sobre las consecuencias de la desobediencia a los mandamientos de Hashem (Dios). Las historias de los espías y las rebeliones sirven como recordatorio de los peligros de alejarse de los caminos divinos. En Tishá BeAv, recordamos las consecuencias de nuestras acciones que llevaron a la destrucción de los Templos. Estas tragedias son un testimonio del precio de la desobediencia y la falta de unidad. La parashá nos insta a ser conscientes de nuestras acciones y su impacto en nuestra comunidad y relación con Hashem.
Porque, si bien los templos y las otras tragedias tienen evidentes culpables en invasores y déspotas extranjeros, es cierto que también nuestro aporte contribuyó a que ellos pudieron lograr sus oscuros designios.

Esperanza y Redención

Aunque Tishá BeAv es un día de duelo, también contiene una semilla de esperanza. En medio de la tristeza, recordamos las promesas de redención y reconstrucción. Moshé, en la Parashá Devarim, no solo habla de los errores del pasado, sino también de la promesa de la Tierra Prometida. Esta dualidad de luto y esperanza nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros, hay una luz de redención. Nuestra historia no termina en la destrucción; continúa con la reconstrucción y el renacimiento.
En nuestra tradición no negamos los sucesos amargos, ni delirantemente pretendemos que sean buenos, pero sabemos que encarando la vida con positivismo verdadero, con resiliencia saludable, es como podemos salir adelante.

Construyendo el Futuro

La combinación de la Parashá Devarim y Tishá BeAv nos llama a aprender del pasado para construir un futuro mejor. Al recordar las tragedias y los errores, y al reflexionar sobre nuestras acciones, nos preparamos para un futuro de mayor justicia, unidad y fidelidad a los mandamientos de Hashem. Este período es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con nuestra identidad y misión como pueblo judío.
Es para apenarnos, pero mucho más para tomar la decisión de ser luchadores de la libertad, por medio de la construcción de shalom con pensamientos, palabras y acciones de justicia y bondad, siendo leales al Creador.

Conclusión: De la Memoria a la Acción

La Parashá Devarim y Tishá BeAv nos enseñan que la memoria no es solo un acto pasivo de recordar, sino una llamada a la acción. Al reflexionar sobre nuestra historia y nuestras fallas, al reconocer nuestro potencial y el sentido hacia el cual queremos avanzar, al renovar nuestra esperanza y compromiso, podemos trabajar juntos para construir un futuro más brillante y justo.

Que este Tishá BeAv nos inspire a aprender del pasado y a avanzar con esperanza y determinación hacia un tiempo de redención y reconstrucción.

Shabat Shalom y que tengamos un Tishá BeAv significativo.

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