¡No te conozco!

"…no tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos."(Devarim 16:19)

El joven rabino había sido contratado esa misma semana para ocupar el cargo de jefe espiritual principal y primer magistrado de una gran comunidad en la antigua Europa.

Una de esas primeras mañanas se presenta ante él un pordiosero que tiene un reclamo judicial contra el hombre más rico e influyente de la comunidad.

Lo que el pobre hombre reclama parece correcto, pero el joven rabino debe hacer comparecer al millonario sostén de la comunidad, pues el juicio debe ser con todas las partes interesadas presentes. Así pues, envía un alguacil de la corte rabínica para que notifique al rico hombre que inmediatamente se debe presentar ante la audiencia judicial.

Regresa pronto el mensajero. Exclama que el rico se niega terminantemente a ir, que dijo: "¡Cómo se atreve ese mocoso a molestarme a mí, el hombre de mejor posición económica en toda la región! No quiero escuchar otra vez que se me molesta por tan poca cosa…"

El rabino manda otro mensajero, con una orden terminante de presentarse inmediatamente en el juzgado.

Regresa este mensajero con una respuesta similar de parte del millonario, que ahora agregó que ejercería su poder para remover al rabino de su cargo si lo seguía molestando con temas tan ridículos.

El rabino debe juzgar: frente a sí está el pobre con un reclamo que parece justo, y el juicio debe efectuarse… o hacer caso de las amenazas del rico y olvidarse de todo…

Sin remedio el rabino se disculpa del hombre pobre y le dice que regrese en un par de horas.

Cuando el hombre se retira, el rabino averigua la dirección del rico, y se encamina diligentemente a su hogar.

Llama a la puerta, y para su sorpresa lo recibe el hombre pobre. Un poco más allá está el rico.

Entonces, explica el rico:

"Como sostén material de la comunidad, yo quería comprobar que el joven rabino que contratamos fuera lo suficientemente justo como para ocupar ese importante cargo. Usted, joven sabio me ha demostrado que no se perturba para citar al más influyente personaje del lugar, ni se deja comprar ni con riquezas ni con presiones… Sin dudas, usted es la persona adecuada para ser nuestro justo rabino."

¡Con cuánta razón la Torá nos indica que debemos juzgar por Justicia y no por favorecer a alguna de las partes!

Preguntas:

  1. ¿Quién elige al rey judío?
  2. ¿Cuál es el peligro de los falsos profetas?

De la parashá:

Leyes para el Rey judío

"(14) Cuando hubieres entrado en la tierra que Hashem tu Elokim te da, y la poseyeres, y habitares en ella, y dijeres; Pondré rey sobre mí, como todas las gentes que están en mis alrededores; (15) Sin duda pondrás por rey sobre ti al que Hashem tu Elokim escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti hombre extranjero, que no sea tu hermano. (16) Empero que no se aumente caballos, ni haga volver el pueblo a Mitzraim para acrecentar caballos; porque Hashem les ha dicho; no procuraréis volver más por este camino. (17) Ni aumentará para sí mujeres, porque su corazón no se desvíe; ni plata ni oro acrecentará para sí en gran copia. (18) Y será, Cuando se asentare sobre el solio de su reino, que ha de escribir para sí en un libro un traslado de esta ley, del original de delante de los sacerdotes Levitas; (19) Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Hashem su Elokim, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; (20) Para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel." (Devarim 17:14-20)

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x