Honestidad valiosa

"Serás íntegro para con Hashem tu Elokim." (Devarim / Deuteronomio 18:13)

Dios es una presencia eterna, lo reconozcamos o no, en todo aquí y ahora- Él está.

No podemos huir a su escrutinio, ni apartarnos de su auxilio.

No existe lugar apartado a su ojo, ni sitio inaccesible a su mano.

Por lo que, si la Torá nos ordena ser íntegros, honestos, decentes, honrados para con Dios; en realidad nos está exigiendo aproximarnos a nuestros más íntimos secretos, aquellos que incluso (quizás) nos ocultamos a nosotros mismos.
Estamos siendo exigidos a que nos quitemos los disfraces que nos vestimos, o nos ponen, para hallarnos en lo más puro y oscuro que somos.

Y cuando nos encontremos con nosotros tal cual somos, o tal cual nos alcanzamos a percibir con detenimiento, podremos afirmar que somos íntegros para con el Eterno. Y entonces, sabremos verdaderamente nuestro intrínseco valor inigualable.

 

Profundizando esta semana:

  1. ¿Por qué la Torá prohíbe tres cosas en particular para el rey judío?

  2. ¿Cuál es el motivo central de esta parashá?

Respuestas para la semana anterior:

  1. Solamente nosotros
  2. La bendición (el bien) y la maldición (el mal)

Destellos de la parashá

Esa extensa parashá comienza con la orden de imponer en cada poblado de Israel a sus respectivos tribunales de justicia y a los encargados de mantener y cuidar el orden público.
La Torá exige, y pone como objetivo, que entre las personas impere la justicia, aunque sea difícil de lograr. Como no siempre los litigios se resuelven entre los querellantes, es necesario que un sistema legal objetivo y general funcione con corrección, y con constancia. Sin excepciones, ni arreglos motivados por la conveniencia o el parecer.
Sabiendo esto, es que prohíbe el soborno de cualquier manera, sea material o emocional. Porque la Torá reconoce que el corazón del hombre es fácil de extraviar, de dejarse seducir por lo que aparece momentáneamente como más llamativo y provechoso, cuando en realidad es una perversión de la Verdad, de la Justicia, de la Paz.
No en vano, es en esta semana que escuchamos las famosas palabras: "tzedek, tzedek tirdof" – "Justicia, la justicia perseguirás"; lema conocido universalmente, y que es patrimonio milenario de nuestro Pueblo.

La parashá contiene otros varios temas, pero la esencia de su mensaje es este:

La sociedad humana sólo puede subsistir si entre las personas se respetan siempre los límites adecuados de cada cual.

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