Purim, ¿carnaval judío?

Buena parte del mundo gentil celebra por estos día la multicolor, ruidosa, fogosa y desbordante fiesta carnavalesca.
Disfraces y antifaces, murgas y coplas, alcohol y sexo virulento, guerras de agua y vacaciones, cuerpos desnudos y burlas, corsos y desfiles, tamboriles y bailarinas, quebrar límites y más excesos. Creo que esta es una descripción de muchos de los carnavales y sus manifestaciones. El exceso carnal es lo que identifica al carnaval.
En su origen, y en trasfondo actual, el carnaval es una celebración idolátrica, en honor al dios Momo y a su compinche de copas el dios Baco. Ambos dioses del panteón politeísta, según la mitología que los parió ambos son socios en todos tipo de chanzas y aventuras desleales, abocados a la fornicación, el beberaje, los banquetes.
Tal la fibra íntima que esconde el bochinchero festejo carnavalesco, que con tanto ardor muchos siguen y expriementan por estos días.
De hecho, la sincrética iglesia cristiana recogió esta festividad pagana, y como habitualmente hizo, la integró a su calendario, dándole una pátina de cristiandad, que de hecho solamente contribuyó a hacer al carnaval una festividad más oscura, espiritualmente amarga y generadora de confusión.
Así pues, carnaval es excesos confusión, bajeza espiritual y ajenidad de Dios. ((Anotemos que muchas personas no experimentan el carnaval de esta manera intensamente carnal, que solamente la toman como época de licencia y jarana.))

Por estos días también los judíos (acompañados por los noájidas) celebramos nuestra festividad de la alegría "mundanal", festejamos PURIM.
Hay diferentes maneras de vivir esta festividad.
Los que están sumergidos en el mundo ajeno al judaísmo, han transformado este profundo momento en un rato de algarabía sin sentido, en "parades" por ciudades israelíes, en excesos en todo idénticos al carnaval de rey Momo.
Los que están comprometidos con su identidad judía viven esta fiesta de un modo diferente.

1. Procuran que los necesitados en su entorno tengan medios para celebrar junto a sus hermanos.
2. Comparten con recato y sensibilidad su alegría con sus allegados.
3. Leen y se interiorizan de la historia real de la salvación de los judíos que aconteció en Persia hace miles de años, que motivó y originó esta festividad.
4. Comen y beben, agasajan a su prójimo con abundancia.

Si bien es real que hay algunos que se enfocan en los disfraces y caretas, también en las chanzas y bebida, lo cierto es que estos son aditamentos que se han sumado a lo largo de las generaciones y que no hacen al contenido de la festividad, ni la identifican, ni le dan existencia en cada generación.
Purim es una fecha de recordación, es un momento para hacer "pausa" en nuestra vida cotidiana, para reconocer nuestras raíces, contemplar los errores y aciertos del pasado, y tomar con confiada alegría el camino que mejor es.
Purim, como su casi tocayo Iom HaKiPURIM están en nuestro calendario para sensibilizarnos, para movernos el piso, para confrontarnos y obligarnos a crecer.
Olvidar esto y hacer de Purim una mueca que remeda el carnaval ajeno, es simple y llanamente borrar una porción de nuestra identidad y perder una excelente oportunidad para evolucionar como individuo y sociedad.

Jag Purim Sameaj