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El Shabat es un día sagrado para la comunidad judía, un día de enlazarnos al mundo material de una forma diferente, para la reflexión, que nos invita a desconectar de las preocupaciones cotidianas y a conectarnos con lo esencial de la vida. Es un día para disfrutar de la compañía de la familia y los amigos, para pasear, para compartir una buena comida y una espléndida siesta, para leer y estudiar las sagradas escrituras, para orar y para meditar.
El Shabat nos recuerda que la vida no se trata solamente de trabajar, producir y consumir, sino que hay un tiempo y un espacio para la contemplación, la creatividad y el placer. En un mundo cada vez más agitado y frenético, el Shabat nos ofrece un oasis de paz y serenidad en el que podemos recargar nuestras energías y renovar nuestros propósitos.
Pero el Shabat no es solamente un día de descanso, sino que también contiene un mensaje de esperanza. En medio de las dificultades y las adversidades que a menudo enfrentamos en la vida, el Shabat nos invita a confiar en que hay un orden y un propósito en el universo, y que somos parte de un plan divino más grande.
En el Shabat, encontramos la fuerza y la inspiración para seguir adelante, para perseverar en nuestros sueños y para trabajar por un mundo mejor. En este día, recordamos que cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en la creación de un mundo más justo, más pacífico y más armonioso.
Así que, en este Shabat, celebremos la belleza de la vida y la esperanza que nos anima a seguir adelante. Que este día nos llene de paz, de amor y de alegría, y que nos permita renovar nuestra fe en el futuro. Que el Shabat nos inspire a trabajar juntos por un mundo mejor, en el que reine la justicia, la compasión y la solidaridad.
Porque la Era Mesiánica, es un día continuo de Shabat.
¡Shabat Shalom!
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