Te ordeno que seas feliz

En ningún lado de la Torá Dios ha ordenado al humano a que sea feliz.
Por más que numerosos gurus, de diversas religiones e ideologías, nos machaquen con el asunto, en verdad en ningún lugar el Creador nos impuso esa absurda obligación.
Por supuesto que sería genial estar en una condición de algarabía continuada, pero es el mismo Creador el que nos puso en un mundo de restricciones, estamos tan limitadísimos que la impotencia nos rodea constantemente. Por tanto, sería incoherente además de cruel que Dios nos demandará un estado de alegría inalterado.

Sí, ya sé que los gurus de la alegría y la dicha, la felicidad y el positivismo tóxico abundan. Tienen millones de seguidores, videos, canciones, libros, sectas, iglesias, templos, montón de plata y promesas que no pueden ser cumplidas; como también la fe ciega e irracional de los que defienden lo indefendible porque en eso quieren creer.
Lo sé, y sé que ese mensaje vende, es atractivo, es poderoso, nos hace fantasear con tener conexiones mágicas especiales, con ser poseedores de secretos y claves de dominio sobre el universo.
De cierta forma, nos hace sentir lo que serpiente le prometió a Eva que pasaría si comía de lo que Dios prohibió: «ser como dioses».

Pero, la verdad verdadera, la que no precisa mentir ni maquillarse, es muy diferente.
Dios no ordena que seas feliz, sino que aprendas a estar feliz con tu porción.
A que disfrutes con agradecimiento, con verdadera paz emocional, sin romperte la mente con anhelos y codicias.
Que estés tranquilo hasta en los momentos de tragedia, con confianza, aunque tengas miedo o dudas acerca de lo que pasará.
Él nos creó y nos mantiene en existencia y nos conoce mejor que cada uno se conoce a sí mismo.
Por tanto, no te pide algo que es imposible.

Por lo cual, debes saber que no hay ninguna orden ni mandamiento para que seas feliz, y mucho menos feliz constantemente.
No lo hay, por más que fanáticos de ideologías lo canten y lo clamen con toda pasión.
Porque los gritos y las palabras chistosas o amenazantes no cambian lo que realmente Dios ha dicho.

Él dijo al pueblo judío:

« תַּ֗חַת אֲשֶׁ֤ר לֹֽא־עָבַ֨דְתָּ֙ אֶת־יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ בְּשִׂמְחָ֖ה וּבְט֣וּב לֵבָ֑ב מֵרֹ֖ב כֹּֽל :
וְעָֽבַדְתָּ֣ אֶת־אֹֽיְבֶ֗יךָ אֲשֶׁ֨ר יְשַׁלְּחֶ֤נּוּ יְהוָה֙ בָּ֔ךְ בְּרָעָ֧ב וּבְצָמָ֛א וּבְעֵירֹ֖ם וּבְחֹ֣סֶר כֹּ֑ל וְנָתַ֞ן עֹ֤ל בַּרְזֶל֙ עַל־צַוָּארֶ֔ךָ עַ֥ד הִשְׁמִיד֖וֹ אֹתָֽךְ

Por no haber servido al Eterno tu Elohim con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo, servirás a tus enemigos que el Eterno enviará contra ti, en medio del hambre, de la sed, de la desnudez y de la falta de todas las cosas. Él pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte.»
(Devarim/Deuteronomio 28:48-49)

¿Cuál es exactamente el planteo de Dios al pueblo judío?

Que el pueblo judío sería eventualmente castigado con exilio, opresión del extranjero, esclavitud, y otras cosas terribles a causa de que Dios les proveyó de una buena tierra, abundancia material, riquezas y oportunidades para disfrutarlas, pero que el EGO los haría actuar con necedad, y en lugar de agradecer al Eterno por Sus bondades, de disfrutar con regocijo de la bendición, de vivir con la conciencia clara de todas las bondades, muchos del pueblo olvidarían a Dios, dejarían de cumplir con los mandamientos que les corresponderían, privarían al prójimo de sus derechos, andarían como lo hace el egoísta, el desagradecido, el que no se satisface ni siquiera con toda la riqueza del mundo.
Es decir, no pide Dios alegría en todo momento, sino servirLo con gozo por la ABUNDANCIA DE TODO.
En tiempos de angustia, de temor, de duda, no espera Dios esa alegría sincera, la única que es realmente alegría; pero sí que ésta se dispare de nuestros corazones cuando estemos en los momentos agradables, donde no tendríamos ningún motivo de queja. En los tiempos de penuria, lo correcto es admitirla, aceptar aquello que no podemos modificar, hacer lo posible por dominar lo que está a nuestro alcance, pedir ayuda del Altísimo, ser agradecidos con nuestra porción y hasta sería admirable tener la capacidad de encontrar algún punto de luz en la oscuridad; pero en modo alguno negar la realidad dramática o disfrazarla con falsa alegría, viviendo como un religioso y no como una entidad espiritual.
Por la falta de agradecimiento, por no estar atentos a las abundantes bondades de Dios, por pretendernos amos de la realidad, por vivir religiosamente en vez de espiritualmente, dice Dios que se va armando el descalabro, el castigo. Para que en el destierro, en medio del pogromo, con verdadero sufrimiento a cuestas, se pueda valorar todo lo bueno que se perdió y entonces con humildad hacer el camino del retorno, de la TESHUVÁ y poder ahí sí estar alegres con las bondades que nuevamente nos permite Dios tener.

Por tanto, la enseñanza inteligente y espiritual NO ES andar declarando que es un mandamiento estar feliz todo el tiempo, sino tomar conciencia de las bondades que nos corresponden, disfrutarlas, agradecerlas y estar satisfechos sinceramente, sin por ello no aspirar sanamente a mejorar mañana.
Gran enseñanza para tener presente cada día. Abrir los ojos, el corazón y la boca en amable reconocimiento de las bondades y no dejar de actuar para cambiar las condiciones negativas, en lo que nuestro poder alcance.
No debemos permitir que las falsas creencias de los gurus de la falsedad nos alejen de la senda de la espiritualidad para convertirnos en zombis religiosos.

https://serjudio.com/apoyo

https://youtube.com/yehudaribco

 

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