Temáticas de la parashá:
- Iaacov parte de su hogar en dirección a la casa originaria de su madre.
Va a buscar allí refugio, pues su hermano Esav quiere hacerle daño.
Tiene la certeza de que estará un largo tiempo fuera del hogar, lejos de la tierra que Dios prometió para su familia, la tierra de Israel como la conocemos actualmente.
Se enfrenta a muchas dudas e incertidumbres, pero de cierta manera confía en que a la larga conseguirá sus aspiraciones y podrá residir en su tierra, en paz, rodeado de su gente querida.
Pero por ahora, le toca el exilio, las aventuras, el no tener seguro nada.
Con todo esto pesando sobre su corazón, es que duerme en cierto lugar y sueña, aquel famoso sueño en el cual contempla ángeles subir y bajar por una escalera. En la cabecera se encuentra Dios, quien le habla y bendice con las promesas acordadas con sus padres: posesión de la tierra de Israel, morar en ella, abundante descendencia lo cuales estarán bajo el amparo de Él.
A causa de este encuentro en sueños, Iaacov reconoce que es una tierra sagrada y la nombra Bet-El, que es en hebreo “Casa de Dios”, se da cuenta de que ese lugar es un “Portal al Cielo”.
¿Qué querrá decir con esto?
¿Había realmente una puerta galáctica que conectaba con otro mundo?
(Bereshit/Génesis 28:10-22). - Iaacov llega a vivir en la casa de su tío Labán, hermano de su mamá.
Por amor a su prima, Rajel, acepta trabajar siete años para casarse con ella, pero Labán lo engañó y terminó casado con Leá, la hermana mayor de Rajel (29:16-25).
Cuando profundizamos en este texto, sin dejarnos llevar por la opinión o lo que nos parece sin estudio, ¿qué podríamos llegar a aprender de esta historia en particular? -
Iaacov también se casó con Rajel, como era el deseo de ambos, pero sólo después de comprometerse a trabajar otros siete años en favor de Labán (29:26-30).
¿Qué cosas podemos aprender del carácter y personalidad de nuestro tercer patriarca con este relato? -
Leá, Rajel, y sus siervas y medio hermanas: Bilha y Zilpa, terminan formando el harem del patriarca Iaacov.
Hasta el momento de este capítulo, traen al mundo a once hijos y una hija (29:31-30:24).
¿Podrías enumerar a cada uno de los hijos de Iaacov, en su orden de nacimiento?
¿Tienes idea de lo que significan sus nombres?
¿Sabes alguna cosa de las cualidades particulares de los hijos, y cómo los símbolos que posteriormente se diagramaron para su tribus, las representan? -
Iaacov y su familia dejan la casa de Labán con gran riqueza, obtenida a través del esfuerzo y dedicación del patriarca. No se lleva un peso que no le corresponda. Fueron muchos años de trabajo esforzado, de padecimientos, de desencuentros, pero ahora tras dos décadas se ponen en camino de regreso a la tierra prometida para ser de su familia (31:1-32:3).
¿Por qué precisamente ahora emprenden el retorno?
¿Qué sentirían sus hijos y esposas, todo ellos nacidos fuera de Israel, de la obligación de dejar absolutamente todo para irse a radicar a una tierra y cultura que les resultaba extraña?
¿Tiene algún mensaje en particular para nuestra generación este relato?
¿Por qué no se quedaron viviendo en la más plácida región aramea en lugar de regresar a la convulsionada Canaán de la época?
¿Qué mueve a la gente a conquistar nuevos y desafiantes retos?
Todas las parashot hasta ahora en el sefer Bereshit nos cuentan comienzos y ésta no es la excepción. Encontramos aquí la raíz de la que será la nación de Israel y varios de los aspectos que la definirán en sus cualidades, incluso hasta el día de hoy. Por ejemplo, un pueblo que sueña y realiza; que a veces vive fuera de su tierra y se integra allí en donde reside pero sin perder el lazo con la antigua patria; una familia que atraviesa dificultades que la van fortaleciendo; gente que siente muy profundamente la dimensión espiritual aunque no siempre la manifiesta; entre otras.