El buen señor B., según borrosamente recuerdo, me había dicho cuando yo tenía unos siete años de edad: "Y sí, todo el cuento de no poder comer carne de cerdo, es porque en la antigüedad no se conocía ningún medio para preservar fresca la carne de chancho que se pudre rápidamente, pero hoy en día, ¿qué significado tiene? Ninguno.”
También, aquella profesora de biología liceal, N., solía adoctrinar: "Que inteligentes los "ancianos" que les dieron la ley de no comer cerdo, de cuántas enfermedades se salvaron por eso. Triquinosis, Tenia solium y varias cosas más…."
I., que era padre de un rabino argentino decía: "… los doctores comprobaron que la Torá acertó, como la digestión de la leche es más rápida que la de la carne, la Torá defendió nuestra salud prescribiendo el Kashrut…"
Todas estas afirmaciones pueden tener un fondo de verdad, que es más saludable comer kasher, es indudable.
Pero nosotros no debemos respetar esas prescripciones sólo por el bien (físico o intangible) que nos pueden acarrear, sino porque simplemente así fue ordenado por D-s.
Hoy en día, como decía el sr. B., hay congeladores, el ganado es controlado por los ministerios de sanidad, distintos tipos de sazones o mejunjes permiten que la leche junto con carne no sea un problema digestivo, y es más, ¡cuántos sacrificios monetarios y de buen grumete nos ahorraríamos no siguiendo el kasher!
Pero, en esta pequeña lucha diaria, y de varias veces al día, nos ponemos a prueba para ver si somos dignos de ser consagrados; porque: "Seréis santos, porque Yo soy santo" (Vaikrá / Levítico 11:45), que aparece luego de las leyes de pureza alimentaria.
Seremos santos, sí y sólo sí cumplimos con lo que Él nos ordenó, y solamente por ello.
gracias por permitirme explresar mis inquietudes.en cuanto tenga una pregunta en concreto la hare llegar
buen dia.
la seccion de comentarios no es para enviar preguntas, sino para comentar los textos.
lo espero por FULVIDA.com, alli encontrara el pan espiritual que saciara su hambre.
que tenga un excelente dia.