Está escrito en la parashá: "Moshé [Moisés] oyó esto, y le pareció bien.”
(Vaikrá / Levítico 10:20)
El anciano marido especulaba que su esposa estaba sorda.
Entonces intentó comprobarlo, para aconsejarle que fuera al médico.
Así que, mientras ella leía el diario, se ubicó a 15 metros de distancia y la llamó: “Querida, ¿puedes oírme?”… y no hubo respuesta.
Se aproximó 5 metros, la volvió a llamar: “¡Querida!”… y nada.
Ahora estaba a unos pocos pasos de su esposa, y dijo: “Mi vida, ¿me oyes?”… y silencio.
Cuando se paró frente a ella para intentarlo una vez más, ella corrió el periódico de frente a su rostro, y le dijo a su marido: ¿Qué quieres, que ya tres veces me has llamado, te respondí y no me dijiste nada?
A veces, podemos considerar que son los otros los que están sordos, los equivocados, los prejuiciosos, los que están mal… pero, ¿nos fijamos en nosotros con atención?
Realmente, ¿escuchamos, entendemos y con cordura sacamos alguna conclusión?
O, simplemente, ¿creemos que nuestra pequeña parcela de conocimiento está bien… y con esa creencia nos conformamos?
Destellos de la parashá
Sidrá 26ª de la Torá; 3ª del sefer Vaikrá.
Podríamos considerar que son cuatro los temas de esta parashá:
- La bendición sobre los hijos de Israel al octavo día de ser inaugurado el Mishkán (Tabernáculo), en el desierto tras la salida de Mitzraim.
- El relato de la lamentable muerte de los hijos de Aarón, Nadav y Avihu, quienes perecieron por intentar ofrendar al Eterno lo que Éste no había ordenado.
- Algunas de las prescripciones relativas al cashrut, por ejemplo los tipos de animales permitidos para ser ingeridos por el judío.
- El pregón de ser santos (consagrados), tanto como individuos y como pueblo, conduciendo nuestras vidas de manera de hacer lo correcto y alejarnos de lo impropio, lo malo, lo impuro.
Y, si quisiéramos identificar cual es el hilo conductor por el cual corren estos temas, podríamos conjeturar que es: hay un Dios que nos ha otorgado mandamientos sabios para que los cumplamos (sin alterarlos, sin improvisar), y seamos personas de bien, en crecimiento constante, y con una existencia verdadera, llena de valores, verdad y bienestar