En artículo anterior se propone que todos nosotros deseamos magia, y la entiende como un deseo de poder y control.
Propone 3 explicaciones del porque el deseo: porque nuestros elementos esenciales están en conflicto; porque, biológicamente, al nacer carecemos de las facultades físicas y racionales que auxilien a comprender el suceso (y sobrevivir) por lo que el terror queda registrado en la memoria corpórea; y porque el activo natural EGO ha sobrelimitado su función biológica.
El problema que presenta las dilucidaciones del origen del deseo, es que está explicado como si fuera un impulso en el humano; como si el deseo fuera parte del arsenal instintivo, del cual no habría escapatoria, y lo que restaría es la represión del impulso, aceptar dicha condición, o la canalización debida.
Primero, es difícil aceptar que el deseo de magia sea un impulso innato, pues de lo estudiado en el tiempo, se puede concluir que el deseo de magia es una respuesta y no un impulso inconsciente u automático. Segundo, si se acepta el deseo de magia como impulso para superar la falta de poder o control, estaríamos afirmando que el hombre no tiene escapatoria de ese impulso. Tercero, si se acepta el deseo de magia como impulso para superar la falta de poder o control estaríamos avalando las explicaciones que diera el Dr. Adler el siglo ante pasado sobre el sentimiento de inferioridad que impiden un desarrollo normal; encajonando al humano en un ser intrascendente
¿Qué se puede entender, alternativamente entonces, como el por qué del deseo de magia? Pues no necesariamente como el impulso natural de tener poder y control, sino como la deficiencia del hombre al internalizar indiscriminadamente ideales de los que comparten sus mismas creencias.
Más simple: deseo magia porque creo en la magia. Y creo en la magia porque muchos creen en ella. Y muchos creen en ella porque es lo más fácil.
Quiero hacer un paréntesis acá, para advertir que para tener conclusiones reales se necesita un trabajo investigativo metódico que arrojen datos, y no mediante especulaciones como las que escribo. Sin embargo, a pesar de ser un artículo especulativo, para las conclusiones empíricamente se tomaron muestras comparativas de artículos publicados en el Facebook, específicamente, del perfil del More.
Se acepta el hecho de que la mayoría deseamos magia, entendido como el deseo de tener poder y control para no sentir impotencia. Pero ese deseo no es un impulso, es decir, no estoy inclinado naturalmente a desear poder; sino que ese deseo es un acondicionamiento aprendido.
Más simple: el deseo de magia es una irracionalidad. Y es una irracionalidad porque se ha aceptado valores de otros como si hubiesen surgido de mi propia cultura, de mi propia educación, o de mi propio ser.
Esto sucede así, porque aceptar hechos creídos por muchos es más simple y fácil que investigarlos objetivamente por cuenta propia.
Por poner un ejemplo, en el Facebook el more comparte dato, video o artículo desenmascarando la religiosidad de algunos grupos, y los comentarios explotan las redes. Contrario ocurre cuando se comparte algún tema relacionado con las leyes universales o sobre judaísmo. En este segundo caso, los comentarios son precarios
¿Por qué sucede este fenómeno? Si lo explico porque el impulso al deseo de magia me hace comentar (o atacar) lo publicado sobre religiosidad, necesariamente tendría que haber la misma reacción a lo publicado sobre leyes noajidas o judaísmo, pero no atacándolo, sino reafirmándolo.
Más simple: se comenta en contra de la religiosidad porque estoy impulsado. Igual sucedería respecto al noajismo o al judaísmo, pero para reafirmarlo. El impulso del deseo de magia me conduce a ambos extremos.
Pero eso no pasa de esa forma. Mientras los comentarios sobre noajismo o judaísmo son ayunos, los de religiosidad pululan.
Insisto, no son resultados concluyentes por el hecho no haber sido obtenidos de un trabajo investigativo metódico. Por ese hecho, dejo abierto el tema
Mis felicitaciones al Estado de Israel por su 70 aniversario como Estado Independiente; que la razón llegue pronto a sus instigadores para que dejen en paz a los hijos de la Nación de Israel. Nuestro apoyo a los soldados del ejercito israelí; que dejen pronto Gaza y lleguen a casa sanos y salvos.