Más que un número.

Continuando con nuestros encuentros semanales de estudio del mensaje de la Torá, en su ciclo anual de lecturas, en esta ocasión corresponde la parasháSheminí que quiere decir «Octavo».
Como recién terminamos de celebrar Pesaj, y seguramente aún resuena en nuestros oídos las preguntas que están al cerrar el Séder: ejad mi iodea?…, entonces preguntemos: shemoná mi iodea?

Espero que las respuestas que propongamos nos resulten de mucho beneficio, y nos impulsen a dedicar más tiempo al conocimiento de la fuente principal de nuestra identidad, que es la Torá.
Si ustedes quieren agregar o comentar alguna respuesta, con gusto lo leeremos aquí debajo, en la sección de comentarios.

Pues bien, regresemos a la interrogante: ¿Ocho en nuestra Tradición, quién sabe?

  1. Ocho son los días desde el nacimiento hasta el Berit Milá -circuncisión. Tras esta operación, el niño judío porta en sí la señal del Pacto entre Dios e Israel, marcándose así el ingreso a una nueva etapa.
  2. Como menciona nuestra parashá, al octavo día de inaugurarse el Mishkán -Santuario- en el desierto, todo el pueblo fue convocado, y entonces Moshé les dijo: «»Esto es lo que ha mandado el Eterno. Hacedlo, y la gloria del Eterno se os aparecerá.»» (Vaikrá / Levítico 9:6)
    Esto fue así para indicarle al Pueblo que si seguían las ordenanzas de la Torá, el pecado del Eguel HaZaav -Becerro Dorado- y las otras rebeliones de los israelitas serían expiadas, y podrían dedicarse de lleno a crecer y mejorarse como personas y comunidad.
  3. Ocho son las luces de Januca. Januca representa la reconquista de lo más noble y superior que se puede conseguir. Y simboliza el reinicio de la actividad positiva.
  4. Hay un jag que lleva este número como nombre: Sheminí Hatzeret. Éste es el que da broche de oro a Sucot, y que si bien muchas veces se confunden como si fueran un solo jag, son festividades separadas, aunque unidas por el tiempo. Como su nombre y ubicación lo indican, Sheminí Hatzeret, es la culminación, el perfeccionamiento de la comunidad.
  5. La letra hebrea que representa a ocho es jeit, que se emparienta lingüísticamente con la palabra aramea jaita, que quiere decir «bolsa», y en un sentido simbólico se la usa para representar lo que «es misterioso».
  6. Los mekubalim –cabalistas- generalmente consideran al ocho como lo que está más allá de la naturaleza, y a veces como lo infinito. (Aparte, ¿notaron que el signo utilizado para «infinito», es un ocho horizontal?)

¿Reconocen cuál es el hilo que conecta cada una de estas respuestas a la pregunta sobre el número ocho?
¿Qué tienen en común: la circuncisión; la expiación de los errores; la reinauguración del Mikdash –Templo- en Januca; el completar un ciclo integral; lo que está oculto a la vista aunque se percibe su presencia; y lo que está más allá de lo cotidiano y limitado?
Les dejo la pregunta planteada para que mediten, y espero que con la ayuda de estas pequeñas reflexiones podamos cada día comportarnos como lo mejor que podemos llegar a ser.
Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco

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