Con la ayuda de Dios hemos llegado a la novena y última frase de los balcones en el templo Beth Israel, de la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay. Ya hemos estudiado superficialmente las ocho anteriores, ahora pasaremos a la que nos corresponde, sin embargo, la serie terminará con una décima entrega, con un mensaje extra que está codificado más no escrito. Eso, si Dios quiere, en próxima entrega.
Ahora:
בכל דרכך דעהו
Que lo leemos como «vejol derajeja daeu», y se suele traducir como: «Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.» Es un versículo del Tanaj, que lo encontramos en: Mishlei/Proverbios 3:6.
Si tenemos presenta a Dios en todo momento, como un Padre y como un Rey, entonces estaremos confiados en Su bondad a la par que reverentes por Su majestad.
En esa relación de amor y veneración con aquel que es incomprensible, aprendemos a llevar una vida dedicada a la virtud, a la construcción del shalom.
Porque el camino del leal al Eterno se puede sintetizar en dos conceptos, que son indispensables en cada momento y lugar: bondad y justicia.
Cuando aprendemos a balancear ambos aspectos, en su adecuada medida, entonces estaremos viviendo de acuerdo a la Voluntad de nuestro Creador. Porque Él nos ha dado diversos mandamientos, que son bases para un conjunto de reglas de conducta que pautan nuestra existencia. Son siete mandamientos para todas las personas del mundo, más allá de sus creencias o la fe, esos son los mandamientos que el Dios ha decretado cada individuo conozca y cumpla. En tanto que al pueblo judío, en su rol de maestro y sacerdote para la humanidad, le ha conferido un conjunto de 613 mandamientos, que no son para el individuo sino para la nación. Por ello, cada persona judía tiene una cantidad variable de preceptos para cumplir, de acuerdo a su familia, lugar de residencia, relaciones sociales, y un largo etcétera. Ciertamente hay preceptos que son de todo tiempo, persona y sitio; pero otros son relativos. Es necesario por tanto, para la persona judía, conocer y saber. Por ello, también resulta imprescindible una buena educación y formación en judaísmo.
Cuando tenemos presente a Dios, estaremos andando por sendas de rectitud, tal como nos enseña el sabio Salomón en el versículo que estamos comentando. Nuestra mente, palabra y accionar estará en coordinación con la Divina Voluntad, procediendo siempre con bondad y justicia.
Así pues, es imperioso tener presente a Dios, no como una figura mitológica, tampoco para enfocarse en realizar rituales, sino como una presencia constante, que es parte de nosotros, o mejor dicho, nosotros somos parte inalienable de Él.
https://youtube.com/yehudaribco