En la vida, a menudo nos encontramos en medio de corrientes turbulentas, enfrentando desafíos y obstáculos que nos sacuden y nos desvían de nuestro camino. Sin embargo, en medio de esta turbulencia, también hay momentos de calma, momentos en los que podemos encontrar paz y serenidad.
La Kabbalah nos enseña que la vida es un viaje hacia conciencia de la unidad con Dios. En este viaje, nos enfrentamos a una variedad de desafíos y obstáculos, pero también tenemos la oportunidad de crecer y desarrollarnos espiritualmente.
Los dos yetzarim, las dos tendencias elementales del ser humano, son la fuerza impulsora detrás de nuestros desafíos y obstáculos. El yetzer ha-ra, traducido como la tendencia hacia el mal, pero que es mejor descrita como tendencia a la supervivencia terrenal, nos impulsa hacia el egoísmo, la violencia y la destrucción. No con el afán básico de hacer el mal, sino con la ciega euforia de querer sobrevivir a toda costa, lo cual tiende indefectiblemente a crear sufrimiento, dolor, caos.
El yetzer ha-tov, la tendencia hacia el bien, nos impulsa hacia la compasión, la generosidad y la creación de SHALOM. Por sobre el yetzer ha-ra se eleva para comprender que la supervivencia solo se logra al doblegar el EGO y dejarlo encasillado en su mínima expresión necesaria.
El objetivo de la Kabbalah es unir los dos yetzarim, para que podamos vivir en armonía con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Cuando unimos los dos yetzarim, nos convertimos en seres más completos y más conectados con Dios.
La turbulencia de la vida puede ser vista como una oportunidad para unir los dos yetzarim. Nos enseña la importancia de la paciencia, la perseverancia y la confianza en Dios. También nos ayuda a desarrollar nuestra fuerza interior y nuestra capacidad para superar los desafíos.
La calma de la vida puede ser vista como una oportunidad para conectar con Dios y con nosotros mismos. Nos permite reflexionar sobre nuestra vida y nuestros objetivos, y nos ayuda a encontrar paz y serenidad en nuestro interior.
Al encontrar un equilibrio entre la turbulencia y la calma, podemos unir los dos yetzarim y vivir una vida más plena y significativa. Podemos enfrentar los desafíos con fuerza y superarlos con resiliencia. Y podemos encontrar paz y serenidad incluso en los momentos más difíciles.
Ideas para recordar a diario
- Reconoce la presencia de los dos yetzarim en tu vida y trabaja para unirlos.
- Confía en Dios y en tu capacidad para superar los desafíos.
- Aprovecha los momentos de calma para reflexionar y conectar con Dios y contigo mismo.
- Encuentra un equilibrio entre la acción y la quietud, entre la fuerza y la vulnerabilidad.
- Navega por la vida con gracia y confianza, sabiendo que estás en el camino hacia la unión con Dios.
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