En el Occidente, donde vivimos, pareciera que actualmente se está imponiendo la idea de que es obligatorio estar feliz.
Como si fuera algún pecado, tara, incordio, la seriedad o la tristeza.
Incluso hemos visto grupos que son judíos propagando la creencia de que es un mandato divino estar feliz y abjurar de la tristeza.
Cuando el hecho cierto es que Dios no te reclama felicidad constante, ni siquiera te lo aconseja.
Lo que sí Él pide es que seamos agradecidos y no nos angustiemos por lo que todavía nos falta. Mejor disfrutar nuestra porción actual, sin por ello dejar de trabajar por mejorarla honradamente mañana, en alguna oportunidad. Lejos del facilismo hueco de la eterna felicidad, y también del conformismo que oculta la desazón y el desánimo.
Por el contrario, una alegría verdadera, agradecida, sincera, plena; que da impulso para continuar con nuestra tarea de ser constructores de SHALOM a diario.
Porque, si nos desesperamos por estar felices, o aparentarlo, u obligarnos a creerlo, entonces, seguramente no estamos sumando dicha y bendición a nuestra vida, sino tan solo más veneno que nos corrompe y lleva a la sociedad al mal.
Hay tiempo para todo, para la alegría, para la felicidad, para la tristeza, para la duda, para… lo importante es que seamos flexibles, dinámicos, sin perder por ello nuestros fundamentos y objetivos de santidad.
Gracias Morè
Ese afan por la felicidad es muy pobre y demanda mucha energía de nuestra parte
La cultura del meme la detesto. Me desagrada pretender resumir un aspecto de la vida en una imagen con una frase trillada.