Despertar para soñar

De pronto, me topé en internet con la frase:

«Si quieres hacer realidad tus sueños, lo primero que debes hacer es despertar«, que se atribuye a J.M. Power, un autor del cual he buscado, pero nada más pude encontrar, por lo que permanece para mí como desconocido, pero cuya sabiduría ha trascendido en esta cita.
Nos damos rápidamente cuenta de que es un llamado a la acción, simple, concreto, muy eficiente, pues nos recuerda que la única forma de alcanzar nuestros objetivos es a través del esfuerzo y la acción consciente. Es muy lindo soñar, es fabuloso sumergirse en el abrazo de Morfeo, sin embargo, lo que cambia al mundo (interno y externo), es el accionar.
Para ello, debemos quitarnos la ensoñación de encima, y con claridad de mente y limpieza de criterio ponernos a trabajar para construir una más espléndida realidad.

A su vez, me hizo acordar al Rav Baruj Ashlag (el Rabash) 1907-1991), que fue un rabino y maestro de la Cabalá, una tradición espiritual judía que busca entender la naturaleza divina a través del estudio y la meditación. Nacido en Polonia, creció en un ambiente de observancia de Torá y preceptos, estudió en varias yeshivot (escuelas talmúdicas). Se interesó en la Cabalá desde temprana edad y se dedicó a su estudio en profundidad. En la década de 1920, emigró a Israel y se unió a la comunidad jasídica de Jerusalén. Allí, fundó una yeshiva en la que enseñó la Cabalá y sus enseñanzas a una audiencia cada vez más amplia. Escribió varios libros sobre la Cabalá, incluyendo su obra maestra, «El Estudio de las Diez Sefirot», en la que explica la complejidad de la tradición de la Cabalá de una manera accesible para los estudiantes. En su enseñanza, hizo hincapié en la importancia de la práctica y la experiencia personal en la Cabalá, en lugar de simplemente estudiar la teoría. También enfatizó la necesidad de aplicar los principios de la Cabalá en la vida cotidiana para lograr una mayor conexión con la divinidad. Es considerado uno de los principales maestros de la Cabalá del siglo XX y su legado ha influido en la enseñanza de la Cabalá en todo el mundo.

Una de sus citas célebres, que me recordó la frase de Power, es:
Uno debe creer que tiene un punto en el corazón, que es una chispa que brilla. A veces, es sólo un punto negro y no brilla. Esa chispa siempre debe ser despertada … porque puede iluminar uno de los hechos por lo que brillará “.
Todos tenemos una semilla interior de creatividad y potencial que debemos cultivar para poder alcanzar nuestros objetivos.
Esa semilla está dormida, pero podemos activarla.
Para lo cual, es imprescindible despertar la conciencia espiritual, saber que somos NESHAMÁ, una chispa de la Divinidad y que no debemos dejar que el EGO siga conteniendo nuestro poder.

Es importante tener confianza en Dios, pero muy enfáticamente en nosotros mismos y creer en nuestro propio potencial. Todos tenemos la capacidad de lograr grandes cosas si nos comprometemos con nuestras metas y trabajamos duro para alcanzarlas. Es posible que al principio nuestra chispa interior no brille con fuerza, pero si la nutrimos y la cultivamos con perseverancia, finalmente iluminará nuestro camino hacia el éxito.

Al hacerlo, podemos inspirarnos a mejorar nuestra vida y alcanzar nuestros objetivos más deseados.

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