Cuando Moshé vio al egipcio castigar cruelmente a un hebreo, algo en él explotó. Su anhelo de justicia. Su identidad judía largamente sepultada. Su enojo ante la impotencia de la víctima.
Entonces decidió hacer algo, y dice la Torá:
«וַיִּ֤פֶן כֹּה֙ וָכֹ֔ה וַיַּ֖רְא כִּ֣י אֵ֣ין אִ֑ישׁ וַיַּךְ֙ אֶת־הַמִּצְרִ֔י וַֽיִּטְמְנֵ֖הוּ בַּחֽוֹל:
Él miró a uno y otro lado, y viendo que no había hombre, golpeó al egipcio y lo escondió en la arena.»
(Shemot/Éxodo 2:12)
Miró a uno y otro lado antes de matar a ese sádico abusador.
Algunos ven la acción literal, como si Moshé estuviera cerciorándose de que no tendría problemas en llevar a cabo el ajusticiamiento del malvado. Miró para actuar con la confianza de que no sería denunciado ni agredido.
Otros lo ven en un sentido más profundo y explican que Moshé de alguna forma penetró en los misterios del futuro para revisar si habría descendientes valiosos que se perderían si este malvado egipcio moriría hoy.
Otros explican que una parte del alma de Moshé correspondía a Abel, en tanto que aquel egipcio era una reencarnación de Caín. Cuando Moshé otea a los lados está revelando los secretos escondidos del alma y descubre entonces que él debe por fin ejecutar la acción que pondrá equilibrio al desequilibrio que provocó tanto tiempo atrás Caín con su crimen.
Otros, como por ejemplo el Netziv de Volozhin, nos brindan una gran enseñanza ética, porque explican que Moshé contempló alrededor de estos dos hombres y encontró que no había ninguno de los presentes capaz de hacer algo para defender a la víctima. Los que miraban eran estatuas, pasivas, desconectadas, faltos de coraje como para hacer algo. Estaban los otros, los que miraban para otro lado, se hacían los desentendidos, no querían ni siquiera ser llamados como eventuales testigos de los hechos. Unos y otros “se lavaban las manos”, permitiendo con eso que el mal actuara libremente.
Al comprender esta situación calamitosa social, Moshé entendió que había llegado el tiempo de una revolución, pues la sociedad no podía seguir de este modo.
Tomó sobre sí la responsabilidad de iniciar un cambio de mirada, un nuevo compromiso con la ética.
Mucho tiempo más tarde, décadas, comenzó a comprobar que lo que había sembrado en aquella circunstancia estaba comenzando a florecer.
¿Será por esta entereza que fue escogido por el Creador para ser el líder en la liberación de los hebreos de Egipto?
Quién lo sabe… lo que sí sabemos es lo que nos enseñan los Sabios:
En el lugar que no haya hombres, esfuérzate en ser hombre.
(Pirkei Avot 2:5)
Hombre aquí no significa varón, masculino, sino que Hombre en el sentido de persona, de humano íntegro. Alguien al cual le queda el título de persona creada a la imagen y semejanza del Creador.
Por tanto, enseñan los Sabios, cuando nadie más construya SHALOM, no dejes tú de hacerlo con todas tus fuerzas, con todo lo que tienes, con todo tu ser.
Así como hizo Moshé en su primera aparición pública.
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