El «reframing», reencuadre cognitivo, es una técnica fundamental en la psicología moderna, encuentra profundas resonancias en la sabiduría judía milenaria. Esta práctica, que nos invita a transformar nuestros patrones de pensamiento negativos en perspectivas más constructivas, refleja el concepto judío de teshuvá (retorno/arrepentimiento/ encontrar la mejor versión de uno mismo) aplicado al ámbito mental y emocional.
La Sabiduría del Cambio de Perspectiva
En la tradición judía, el Talmud nos enseña: «¿Quién es sabio? Aquel que aprende de cada persona» (Pirkei Avot 4:1). Esta enseñanza encapsula la esencia del reencuadre cognitivo: la capacidad de encontrar sabiduría y crecimiento incluso en las situaciones más desafiantes.
Técnicas Prácticas para el Reencuadre Cognitivo
1. Identificación de Pensamientos Negativos
El primer paso hacia la transformación mental requiere hashkafá (introspección profunda). Mantén un diario para rastrear pensamientos y sentimientos negativos, reconociendo los patrones que generan angustia. Esta práctica de autoobservación refleja el concepto judío de jeshbon hanefesh (examen del alma), donde evaluamos regularmente nuestros pensamientos y acciones.
2. Desafía Tus Pensamientos
La tradición judía valora el cuestionamiento intelectual y el debate constructivo. Aplica esta mentalidad a tus propios pensamientos preguntándote: ¿Qué evidencia tengo para este pensamiento? ¿Se basa en hechos o en suposiciones? ¿Cómo vería esta situación si un amigo la estuviera experimentando? Este proceso de cuestionamiento honesto refleja la metodología talmúdica de análisis y debate.
3. Busca Interpretaciones Alternativas
El concepto judío de majloket leshem shamaim (controversia con un fin trascendente) nos enseña que múltiples perspectivas pueden coexistir y enriquecernos. Considera diferentes formas de interpretar la situación y enumera múltiples perspectivas o explicaciones para lo que sucedió. Esta flexibilidad mental es esencial para el crecimiento espiritual y psicológico.
4. Enfócate en Soluciones
La tradición judía enfatiza tikun olam (reparar el mundo) a través de acciones constructivas. Cambia tu enfoque del problema hacia soluciones potenciales. Genera ideas sobre pasos concretos que puedas tomar para mejorar la situación. Esta orientación hacia la acción refleja el valor judío de responsabilidad personal y transformación activa.
5. Utiliza Afirmaciones Positivas
Crea afirmaciones que contrarresten los pensamientos negativos y repítelas regularmente para reforzar una mentalidad positiva. Esto conecta con la práctica judía de brajot (bendiciones), donde reconocemos constantemente la bondad en nuestras vidas y reenmarcamos nuestras experiencias en un contexto de gratitud.
6. Practica la Gratitud
Escribe regularmente las cosas por las que te sientes agradecido. Esta práctica ayuda a cambiar el enfoque de los aspectos negativos a los positivos de la vida. El concepto de hakarat hatov (reconocimiento del bien) es fundamental en el judaísmo y sirve como antídoto natural contra el pesimismo y la desesperanza.
7. Visualiza Resultados Positivos
Imagina escenarios positivos relacionados con tu situación. La visualización puede ayudar a reencuadrar tu mentalidad y reducir la ansiedad. Esta técnica encuentra eco en la práctica judía de hitbodedut (meditación solitaria), donde cultivamos estados mentales elevados a través de la contemplación dirigida.
8. Practica la Atención Plena
Utiliza técnicas de mindfulness para mantenerte presente y reducir la rumiación. La atención plena te ayuda a observar los pensamientos sin juicio, facilitando su reencuadre. Esto se relaciona con el concepto judío de irat shamaim (conciencia divina), una forma de presencia consciente que nos mantiene conectados con el momento presente.
9. Busca Retroalimentación
Habla con amigos de confianza o mentores sobre tus pensamientos. Pueden proporcionar perspectivas frescas y ayudarte a reencuadrar tu forma de pensar. La tradición judía valora enormemente el consejo de los sabios y la importancia de la comunidad en el crecimiento personal, como se refleja en el dicho: «Hazte de un maestro, adquiere un amigo» (Pirkei Avot 1:6).
10. Reflexiona sobre Éxitos Pasados
Recuerda situaciones pasadas donde lograste reencuadrar exitosamente tus pensamientos. Recordar estos éxitos puede fortalecer tus habilidades de reencuadre. Esta práctica se alinea con la tradición judía de zajor (recordar), donde honramos y aprendemos de nuestras experiencias pasadas para fortalecer nuestro presente y futuro.
Integración y Práctica Continua
Al aplicar consistentemente estas técnicas, podemos mejorar nuestra capacidad de reencuadrar pensamientos y cultivar una mentalidad más positiva y resiliente. La intersección entre la psicología moderna y la sabiduría judía nos recuerda que la transformación personal es tanto un arte como una ciencia, requiriendo paciencia, práctica y fe en nuestra capacidad de cambio.
El reencuadre cognitivo no es simplemente una técnica psicológica; es una forma de vida que nos invita a encontrar significado, propósito y esperanza incluso en nuestros momentos más desafiantes. Como nos enseña la tradición judía, siempre tenemos la capacidad de teshuvá – de retornar, reparar y renovar nuestros pensamientos y nuestras vidas.
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