Rambam vs Ramban: El Debate Milenario Sobre Ishuv Eretz Israel

Este versículo, que evoca la esperanza y la maravilla del retorno, enmarca una pregunta que ha resonado durante siglos en los batei midrash (casas de estudio) y sigue siendo relevante hoy: ¿Es habitar la Tierra de Israel una mitzvá (mandamiento) de la Torá o una aspiración puramente espiritual que se encuentra en la base del resto de las mitzvot?

Las Dos Posiciones Fundamentales

Rambam (Maimónides, 1135-1204) en su Sefer HaMitzvot no incluye el asentamiento en Eretz Israel entre las 613 mitzvot. Para él, la conexión con la tierra es un principio elemental, tanto desde lo espiritual como de lo práctico, considerándola indispensable para el cumplimiento óptimo de las otras mitzvot, pero no una obligación independiente contable entre las 613. Comentaristas posteriores han interpretado su postura como que ishuv Eretz Israel (el asentamiento en la Tierra de Israel) es una «supra-mitzvá«, una condición tan fundamental que trasciende la categoría de un precepto individual.

Ramban (Najmánides, 1194-1270) disiente categóricamente. En sus Hasagot (críticas) al Sefer HaMitzvot del Rambam, mitzvá nº 4 según su conteo, establece que ishuv Eretz Israel constituye una mitzvá aseh (precepto positivo) derivada del versículo «heredaréis la tierra y habitaréis en ella» (Bemidbar 33:53). Para Ramban, esta mitzvá opera tanto a nivel individual como colectivo, y es aplicable en todos los tiempos.

Las Fuentes Textuales

Ramban fundamenta su posición en el Sifri y en interpretaciones talmúdicas que ven en ciertos versículos una obligación divina de poblar la tierra. Rambam, por su parte, basa su posición en su metodología de conteo de las mitzvot, donde la ausencia de una formulación explícita para este mandamiento en las fuentes talmúdicas centrales, según sus criterios, llevó a su exclusión de la lista.

Perspectiva Contemporánea

Los poskim (decisores halájicos) modernos se han dividido siguiendo estas líneas históricas. El Rav Kook zt»l y muchos rabinos del movimiento religioso-sionista adoptaron la posición del Ramban, viendo en el retorno moderno a Sion el cumplimiento de una mitzvá fundamental.

Otros grandes poskim, incluyendo algunas de las principales figuras rabínicas de la ortodoxia de generaciones anteriores, (como el Jazón Ish, el Rav Shaj, y otros), mantuvieron una posición más cercana al Rambam, enfatizando los aspectos espirituales por encima de la obligación halájica formal.

Dentro del judaísmo Masortí (Conservador), la visión sobre ishuv Eretz Israel también es variada, pero generalmente se inclina hacia el reconocimiento de una obligación significativa, aunque no siempre se categorice estrictamente como una mitzvá individual de la Torá al mismo nivel que otras. Muchos poskim masortíes, influenciados por la centralidad de Sion en la tradición y la experiencia moderna, consideran que la conexión con la Tierra de Israel es una mitzvá rabínica fundamental (Mitzvat Derabanan) o una obligación ética y espiritual primordial para el pueblo judío, que fomenta la identidad colectiva y la continuidad del judaísmo.

Reflexión Final

Este majloket (controversia) no es meramente académica. Refleja diferentes concepciones sobre la naturaleza de nuestra relación con Eretz Israel: ¿Es la tierra un medio para alcanzar la santidad, o es la santidad inherente al acto mismo de habitarla?

En nuestros días, cuando millones de judíos han regresado a la tierra de nuestros patriarcas, y cuando tantas agresiones recibimos por todas partes de aquellos que no admiten nuestro derecho sagrado a nuestra tierra nacional, ambos enfoques encuentran expresión práctica. La tierra nos llama no solo por obligación halájica, sino por el reconocimiento profundo de que en Sión se realiza plenamente la vida judía.

Como enseñaron nuestros sabios: «Diez medidas de belleza descendieron al mundo, nueve las tomó Jerusalén» (Kidushin 49b)  — y en esa belleza, tanto Rambam como Ramban habrían encontrado su verdad.