Louis Leo Holtz (nacido 1937) es autor, comentarista de televisión, motivador y fue entrenador en jefe en la liga universitaria de futbol americano y de la liga de futbol americano profesional.
Holtz es el único entrenador en la historia de la liga universitaria en dirigir seis diferentes programas de fútbol americano universitario y llevarlos a bowls y el único que ha logrado ubicar a cuatro equipos en el top 20 final. Ha ganado en múltiples ocasiones el reconocimiento del entrenador del año. Holtz es también conocido por su habilidad para inspirar a sus jugadores.
Todo esto tomado de la Wikipedia.
Ahora, una de sus frases:
“Los ganadores abrazan el trabajo duro. A ellos les encanta la disciplina ya que es lo que les permite ganar. Los perdedores por otro lado, lo ven como un castigo [al trabajo duro]. Y esa es la diferencia.”
Por su parte, muchos siglos antes, en nuestra Tradición encontramos:
«lo aleja hamelaja ligmor,
velo ata ben jorin livatel mimena–
No es tu responsabilidad completar la tarea,
pero tampoco eres libre de no hacer la parte que te corresponde de ella«.
(Avot 2:16)
Cada uno tiene ante si una parte de la tarea para realizar, que solamente uno es el responsable de hacerla.
Por ello, podemos rezar y pedir ayuda de Dios, pero no tenemos derecho a esperar que Él nos haga los recados. Él tiene Su parte para hacer, y cada uno de nosotros tenemos la propia.
A veces nos puede resultar muy fatigosa la tarea, por lo que estaremos dispuestos a inventar alguna excusa para libranos de ella.
Sin embargo, tenemos que tener la conciencia de que es nuestra parte de la gran obra, que si no la hacemos, ¡nadie más la hará!
Entonces, hay que pensar y actuar como verdaderos ganadores, ser disciplinados y meter para adelante. Cuando sea el momento en que realmente no podamos continuar, ya la realidad se encargará de que lo sepamos, no precisaremos de excusas.
Eso no es un castigo, sino que es el camino del triunfador. Resulta en méritos y prosperidad.
Está en cada uno hacer su parte, sabiendo que el resultado final no depende de uno solamente. Existen multitud de parámetros que están en juego, por lo que no tenemos el dominio del resultado, pero sí lo tenemos de la elección que hacemos a cada momento.
¿Seremos capaces de seguir en la tarea o de abandonarla al primer contratiempo?
En la parashá de la semana, Vaietzé, encontramos varias anécdotas que nos pueden ilustrar de esto, pues el personaje principal es Iaacov, cuando se convirtió finalmente en el patriarca Iaacov.
Como digno nieto e hijo de sus abuelos y padres, tenía clara conciencia de que la vida del triunfador no suele estar envuelta entre algodones, que los conflictos y esfuerzos son parte irrenunciable del camino. Por tanto, los encaraba con entereza, con una mirada desde la inteligencia espiritual. Siendo equilibrado y disciplinado, poniendo en claro sus metas y haciendo lo necesario para llegar a ellas. Por supuesto que siempre desde la legalidad y lo que es ético, aunque tuviera que recibir innumerables ofensas y ser estafado en varias ocasiones. Él se recuperaba y continuaba su andar, paciente, constante, mesurado.
Si bien los tropiezos fueron habituales, padeció muchísimo desde la infancia hasta su vejez. Sí, se sintió angustiado y desanimado, pero supo salir adelante y crecer en cada circunstancia.
Es por ello que eventualmente dejó de ser Iaacov, para ser Israel, nombre que le confirió Dios y que representa su poder de luchar y triunfar.
Podemos tomarlo como ejemplo y saber que el trabajo y la constancia son claves, junto a hablar con Dios y que Él nos ayude a clarificar nuestra mente, boca, corazón y mano.
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