Existe el éxito material, que es cuando alcanzamos un logro valorado de acuerdo a los parámetros de este mundo.
A veces coincide con el éxito espiritual, pero en ocasiones no.
Porque, si para lograr ese suceso se ha debido quebrantar alguna de las normas del código ético/espiritual, y/o se ha ido contra las reglas de la conducta socialmente aceptable, entonces el beneficio material queda invalidado por esto.
Por otra parte, cuando triunfamos por sobre las tendencias negativas, fuimos leales a nuestra NESHAMÁ (espíritu, Yo Esencial), aunque no lleguemos a recibir los aplausos y premios materiales, no por ello hemos fracasado.
Ya que en el juicio espiritual lo que se valora y premia es el esfuerzo, la dedicación, el compromiso, la lealtad, la responsabilidad, el andar por la buena senda más allá de si finalmente se consigue el éxito material o no.
Entonces, ya lo sabes, tú dedícate a hacer tu parte, a dar el 101% para alcanzar tus metas, no pongas excusas para permitirte ser perezoso y descuidado. Pero luego, ten en cuenta que el resultado final jamás depende exclusivamente de ti.
Eres limitado, como cualquier otra criatura de la creación, por tanto no tienes asegurado ningún éxito ni tienes comprada la victoria.
Lo que sí depende de ti exclusivamente es la actitud con la que enfrentas los retos cotidianos.
Si serás fiel a tu identidad espiritual, o la traicionarás.
Si harás las cosas de la manera correcta, o tomarás atajos inapropiados.
Si darás todo de ti, o esperarás que sean otros los que hagan tu tarea (como los que esperan vivir siempre de milagro, como si mágicamente Dios se tuviera que encargar de resolverle todos los asuntos).
Para ser exitoso es imprescindible estar apasionado por la tarea que se está realizando.
Tomarle el gusto y ponerse en marcha, con poder.
Incluso cuando uno no está muy convencido de lo que está haciendo, aprender a sacar fuerzas de la debilidad para afrontar la tarea y construir el triunfo.
Y, si por una de esas cosas, la tarea se presenta sencilla, ¡cuánto mejor!
Pero, ten presente, cuanto mayor es el esfuerzo, más sabrosa es la recompensa.
El esfuerzo es parte de la ecuación.
El comprometerte a lograrla.
El comprender tus limitaciones y fomentar tus potencialidades.
Realizar alianzas y cooperar solidariamente.
El abrir puertas y entornar otras que por ahora no sirve que estén abiertas.
Ser amable y andar dentro de la norma.
Pedir a Dios y agradecer a todos los que correspondan.
Porque el éxito no viene de arriba, ni nace de los árboles.
Sino que es fruto del empeño, de la dedicación, del trabajo, del pensamiento.
Ya que hablamos del pensamiento, obviamente que el sincero pensamiento positivo es relevante.
Por ello mismo, no apuntes a éxitos banales, como tener dinero.
Créeme que éste vendrá por su cuenta cuando desarrolles las estrategias para afianzar tu posición y ser exitoso.
Piensa en grande, con los pies bien firmes en tierra.
Atrévete a romper esquemas, sin quebrantar leyes.
Sueña en grande, pero con los ojos bien abiertos.
Atrévete a romper los prejuicios y suposiciones, los mandatos que te imponen ser inepto, quebrado, pobretón.
Llénate de grandeza, sin perder el equilibrio que es la humildad.
Entonces serás exitoso, aunque todavía no tengas un peso en el bolsillo.
Aprende y no dejes de aprender.
Pregunta y no des las cosas por sentado.
Da un pasito fuera de la celdita mental, aunque a priori te meta mucho miedo.
No dejes que el miedo te mande, ni des lugar al EGO para que te derribe.
Actúa, haz, sé activo y proactivo.
Pero no reacciones desde el EGO, es decir, no al llanto, grito, violencia o desconexión de la realidad. Mejor es darse cuenta de tus sentimientos, tomarlos en consideración, administrarlos para reconocer tus flaquezas. Pero luego es necesario elaborar alternativas, pensar y responder no meramente reaccionar desde lo emocional.
Aplicar el poder para llegar al éxito.
Claro está que es necesaria la creatividad.
Entrénala.
No te quedes con las reacciones emocionales, ya te lo dije; ni con los presupuesto, ya te lo dije; ni con una sola respuesta, ya te lo dije; sino que siempre elabora diferentes opciones, maneja alternativas, y si no las hay las fabricas tú.
Poniendo tu creatividad a elaborar opciones en lugar de fabricar excusas, es como encontrarás medios para llegar al éxito.
Enfócate en lo que te sirve, no en lo que te fomenta la queja y la incomodidad.
Que tu energía esté bien dirigida, apilada para que no se desperdigue y te debilites.
No te vayas por las ramas, a no ser que eso sea parte de un plan para llegar a tus metas.
Recuerda que tu energía es limitada, como cualquier otro recurso a tu disposición y por tanto debes cuidar de todo y no malgastarlo.
Pregunta y no dejes de preguntar.
Busca consejo y acepta asesoramiento, pero sé tu el responsable último por tus decisiones.
Evita las dudas que corrompen, como aquellas que te debilitan emocionalmente.
No permitas que las malas ondas te carcoman desde dentro, por tanto quita los pensamientos negativos.
Por ello, cuídate de los que te maltratan, te limitan injustamente, se aprovechan de ti, abusan de tu confianza para obtener algún tosco beneficio.
Quedarte junto al que abusa de ti no te hace exitoso, aunque te llenes de plata y supuestos amigos.
Calla a esa vocecita odiosa en tu interior que no para de decir lo tarado que eres, lo inútil, cómo te equivocas, cómo no te mereces el triunfo… ¡silencia a esa infernal voz que se introdujo en tu subconsciente y desde allí te está matando!
Agradece, y nunca dejes de agradecer.
Valora a los otros, aplaude sus logros, elogia sus actitudes valiosas.
Empodera a los demás, porque así te estarás haciendo poderoso.
Elimina el egoísmo negativo, sin abandonar el egoísmo positivo.
Pide a Dios, agradece lo que hizo por ti, pero no esperes que Él te resuelve los dramas que tú eres el encargado de corregir.
Sigue estudiando y practicando, aunque te consideres un maestro.
No dejes que el abandono y la pereza te dobleguen.
Añade nuevos recursos a tu caja de herramientas.
No te pongas a dormir en la gloria, ni siquiera cuando es evidente que has alcanzado tus objetivos.
Porque el mundo no para cuando tú paras.
Comparte de tus beneficios con los demás.
Agradece este estudio, colabora con dinero para que sigamos difundiendo útiles enseñanzas que nacen en el mundo espiritual y tienen la misión de mejorar el universo: http://serjudio.com/apoyo
Muchas gracias por haber leído hasta aquí.
Muchas gracias a Ud.
Le deseo qué cada palabra invertida sea multiplicada con bien y salud.
Buena aemana!