El lenguaje de la NESHAMÁ es el AMOR, que es el actuar con generosidad hacia otros, sin esperar absolutamente nada a cambio.
Llevar a la práctica el precepto milenario de la Torá de: “ama a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy Hashem”.
Amar al otro, porque nos amamos a nosotros mismos y de esa manera sincronizar nuestra existencia terrenal con nuestra esencia eterna.
Comprender que el amor tiene que ver con dar, pero también implica límites; porque la bondad sin justicia deja muy pronto de ser bondad para pasar a ser destrucción y caos.
Amar al prójimo y amar a Dios.
A Él con todo lo que estamos siendo en este mundo, con lo que hacemos, con lo que poseemos.
Pero esta dedicación al Divino no puede ser obstáculo para comprometernos en verdad con el bien del prójimo.
Por eso, no es lícito decir que estoy dedicado a Dios, por ejemplo, rezando, y por ello no me queda tiempo o energía para darle una mano al necesitado. En verdad es Dios que nos demanda que prioricemos al prójimo, porque Él absolutamente nada precisa de nosotros, pero quiere que sí colaboremos con Sus hijos, con el resto de las personas.
Te cuento un secreto muy conocido.
Cuanto más te dedicas a beneficiar a otro, más cariño le vas tomando. Más amor va surgiendo.
Por supuesto que, si te das cuenta de que con esa beneficencia lo estás dañando, NO es amor lo que está moviéndote, sino el EGO, tus propios intereses, o tus limitaciones emocionales.
Por supuesto que si el otro se aprovecha de tu bondad, y con ello te perjudica, y tú lo permites, entonces tampoco es amor lo que está actuando en su relación, sino extrañas manipulaciones que también provienen del EGO.
Entonces, para que el AMOR sea realmente manifestado, es indispensable que ocurra a través de la construcción de SHALOM, que es el equilibrio saludable en tu conducta de la bondad y la justicia.
Que haya pensamientos, palabras y acciones concretas en las que la mezcla de ambas virtudes ponga de manifiesto el lenguaje de la NESHAMÁ.
Supongo que te habrás dado cuenta de que el AMOR no son meros sentimientos, no es tampoco reaccionar a impulsos de pasiones o arrebatos emocionales.
El AMOR es construcción, es inteligencia en todas las dimensiones del ser humano (física/material, emocional, social, mental y espiritual).
Es acción que produce resultados positivos, más que llenarse de memes con corazoncitos y palabras azucaradas.
El AMOR es sincronizar tu vida con el código de ética/espiritual, por tanto, respetar los mandamientos que Dios te ha manifestado que debes cumplir.
El AMOR es acercar, pero también alejar cuando eso es necesario o provechoso.
El AMOR es terminar relaciones cuando dañan y no seguir atrapados en redes de mentiras, mandatos sociales, oscuras creencias, obligaciones pautadas por el EGO.
Cuando actúas con amor, más te unes con el prójimo y se espera que el otro realmente pueda unirse a ti.
De esa manera se forman sociedades sanas, nutritivas, espirituales.
Ahora sabes que somos NESHAMÁ, una parte de la Divinidad que se ha vinculado con este cuerpo y este tiempo, con nuestras circunstancias vitales, para poder manifestar en este mundo la Presencia de Dios y para poder llevarnos recuerdos de experiencias que serán disfrutadas en el mundo espiritual (cuando nos toque morir).
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