- Hay un Creador.
- Éste es infinito, por tanto ilimitado en sus cualidades.
- Creó el universo como un acto de Amor total.
- Por tanto, Su Voluntad es que Sus criaturas alcancen la plenitud en todo aquello que les sea posible.
- Para que la creación tenga sentido y conciencia, Él creó –al menos- una especie que pudiera comprender, razonar, trascender.
- Esos somos nosotros, los seres humanos, sin ninguna distinción étnica, social, ideológica, de creencias, de género.
- Todos los humanos tenemos ese puesto especial en la creación.
- Saber este hecho y contar con las herramientas adecuadas nos permite desarrollar nuestro potencial al máximo.
- Él no nos dejó abandonados, sino que nos dio reglas de cómo lograrlo.
- Desde el primer humano contamos con esa sabiduría, pues ha sido Adam el receptor original de la misma.
- Al estar en posesión de la sabiduría y entrenarnos para llevarla a la práctica, conseguimos mejorar en nuestra realidad.
- Lo que nos permite disfrutar, estar en paz, ser felices, vivir en coherencia y no en conflicto innecesario.
- Las reglas son accesibles para todos los humanos, siempre y cuando abran su mente y corazón y no permanezcan atrapados en sus celdas mentales.
- Sin embargo, existen algunas dificultades, que deben ser reconocidas y admitidas, para que se transformen así en trampolines para el crecimiento y no en trabas.
- El Amor es también el motivo del Creador para poner tales obstáculos en nuestro camino, aunque pudiera parecer lo contrario.
- Por tanto, los problemas, las crisis, las contrariedades, las debilidades tienen una carga positiva para ser rescatada y empleada en nuestro bienestar.
- Dentro de lo limitado que es el ser humano, tenemos la opción para deleitarnos con la eternidad.
- Todo esto encuentra aplicación práctica y concreta en todos los aspectos de nuestra existencia, en lo personal, familiar, de pareja, social, profesional, laboral, educativo, etc.
- No es necesario ningún acto de fe, ni pertenecer a ninguna congregación religiosa.
- No se requieren rituales religiosos, ni encerrarse en grupos de condición sectaria.
- Por el contrario, la libertad de pensamiento está en la base, así como la franqueza en los sentimientos y opiniones.
- Cuando se cuenta con el conocimiento y el entrenamiento en la sabiduría de la Kabbalah, se vive positivamente y se influencia favorablemente al entorno.
- Se destraban poderes ocultos en nuestro interior y se afianzan vínculos saludables con el entorno.
- Así, se planifica con claridad y firmeza, se adquiere la confianza para tomar decisiones, se disfruta del compromiso y la responsabilidad.
- Todo ello es posible, porque es un don que nos corresponde a cada uno de nosotros por derecho natural.
- Estamos en este mundo para hacer realidad el paraíso terrenal y gozar de él.
CabalaTerapia para ti y los tuyos.