"Éstas son las marchas de los Hijos de Israel que salieron de la tierra de Egipto, según sus ejércitos, bajo la dirección de Moshé [Moisés] y Aarón."
(Bemidbar / Números 33:1)
Existen caminos para "salir de" y caminos para "llegar a".
Cuando una persona solamente "sale de" sin saber su rumbo ni su puerto de destino, está escapando de su pasado, sin alcanzar jamás su futuro, ni está construyendo un verdadero presente.
Pero la persona que sabe a dónde quiere llegar, quizás no tenga claro su pasado, pero tiene decisión en su mirada hacia el futuro, y una determinación mayor para vivir sanamente su presente.
Los esclavos israelitas supieron solamente salir de Egipto, y por eso en su mayoría no alcanzaron la Tierra de Promisión.
Solamente la nueva generación, de miembros dispuestos a comprometerse con su destino, fueron los que conquistaron el futuro.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Pero esa es la historia de todos nosotros. Nos liberamos de los lazos primeros, pero ese estado de libertad nos confunde y asusta. Esa angustia nos hace desear religarnos nuevamente con el pasado para no sufrir, porque el miedo a lo desconocido es espantoso.
Pero, como ya no es posible regresar, paralizarnos es una opción (inclusive necesario de forma «temporalisima), pero la parálisis implica morir.
La única vía válida es avanzar, construyendo sentido para trascender de ese estado de esclavutud. Con cada avance se aclarará más el «hacia dónde».
Gracias por el texto.
excelente cometario que podría ser un nuevo post. gracias