Salud mental-emocional

Pero nuestra sagrada Tradición es muy clara al respecto de los cuidados que debemos tener para preservarnos y desarrollarnos en cada uno de nuestros cinco planos de existencia: físico, emocional, social, intelectual y espiritual.
Grandes maestros de antaño y del presente no solamente han alcanzado inmensas alturas en Torá, sino también en ciencias, entre las que se cuentan también las de la salud en sus diversas ramas.
Estos maestros han aconsejado que no neguemos la mano que nos brinda la ciencia cuando la precisamos para desarrollarnos o alcanzar lícitamente aquello que de otra manera no podríamos.
Rechazar los avances de las ciencias de la salud mental-emocional, seguir envueltos en negaciones y supersticiones, es negarse el camino a la Torá y los preceptos.

¿Qué justificación válida existe para no tomar esa píldora que fue prescrita por el experto y que puede equilibrar un desbalance químico, que afecta las trasmisiones neuronales y marca una depresión profunda?
¡Ninguna!
¿Qué excusa se inventarán para no concertar una cita con el médico o psicólogo?
¡Todas! y esto es triste y lamentable…

Están en un pozo oscuro y horrendo, que se hunde cada más, y en vez de asir la mano que se les extiende para rescatarlos, prefieren agarrarse a supersticiones, delirios, excusas, falsas enseñanzas, a todo lo que solamente los asfixia más y más.

Repito, es muy triste y tormentoso.
He tenido pacientes así, que conversar con ellos era un sufrimiento pues los veía sufrir y negarse ese derecho, así como el derecho a estar mejor. Difícilmente encaraban con seriedad su dolencia, se iban por las ramas en vez de confrontar su espejo interno, se enojaban, huían, decían que era un "tikún" que debían soportar, rechazaban las citas rabínicas y normas que les obligaban a enseriarse con su mejoría psíquica, etc.

Motivos para esto hay varios, pero comentaré uno que está en la raíz y es general ante está conducta.
Como sabemos las religiones  ((Recordemos que judaísmo y noajísmo NO son religiones)), al igual que las agrupaciones de fanáticos (sean religiosas o no), se fundan y sustentan en el plano emocional.
Los líderes religiosos, sus clérigos, abusan de la manipulación emocional. Condenan, amenazan, generan temores y rencores, hacen cargar con culpas inexistentes pero sumamente pesadas, y prometen salvaciones y redenciones milagrosas.
Su poder se basa centralmente en estas manipulaciones emocionales, en el abuso de personas endebles emocionalmente y que por tanto están afectadas en otros planos de sus vidas.
Estos clérigos, verdaderos piratas de la fe, por supuesto que se oponen a cualquier mecanismo o persona que pueda brindar un poco de estabilidad y paz emocional-mental. Pues, ellos lucran del sufrimiento emocional, se enriquecen con la inestabilidad y/o debilidad emocional de sus ovejas seguidoras.
Por tanto, los psiquiatras y psicólogos son "el enemigo", "satanás", o cualquier otro adjetivo peyorativo que los vuelva asquerosos para sus seguidores.
Las "ovejas" maman este veneno y lo siguen, porque además esto les sirve para seguir envueltos en sus nubes de auto-engaño, con el cual no se hacen cargo de sus dramas existenciales, no se hacen responsables por desarrollarse y crecer.
Y así siguen, esclavos de faraones internos y clérigos externos.
Gracias a Dios son poquitos los manipuladores religiosos dentro del judaísmo tradicional, ya que el judaísmo al NO ser una religión no emplea manipulaciones emocionales, y además cuenta con la firme halajá que regula con equilibrio los diversos aspectos de la vida del individuo y del colectivo.
Aunque abundan entre esos seudo maestros de Kabbalah (que en realidad son brillantes vendedores de supersticiones y otras falsedades), expendedores de amuletos,líderes de sectas cerradas, u otras formas de judaísmo no tradicional.