Sabemos que el Sistema de Creencias nos tiene mental y emocionalmente amarrados.
Difícilmente pensamos, somos creativos, nos surge una idea; más bien repetimos creencias.
Nos quedamos petrificados, como esposa de bíblico Lot, convertidos en estatuas de sal que miran al pasado que se desmorona y es horrible.
De esto ya hemos enseñado muchas veces, por lo que si quieres puedes buscar en serjudio.com y refrescar tus memorias allí.
Suele pasar que creemos algo y que la realidad nos abofeteé demostrando lo incorrecto de nuestra creencia.
Suele pasar que entonces negamos la realidad y nos quejamos de la bofetada y sin dudas que nos aferramos con más pasión y fanatismo a la idea que ha quedado desmitificada.
Cuanto más fuerte ha sido el golpe revelador, más duro es nuestro anclaje a la creencia falsa.
Mentimos, exageramos, acusamos, agredimos, gritamos, manipulamos, lloramos, amenazamos, nos escapamos y vaya a saber Dios cuánta cosa negativa más, todo para seguir en la celdita mental.
Siendo mucho más simple, sencillo, saludable, beneficioso, reconocer que la creencia es errónea y avanzar por sobre su ruina.
Pero… ¡no!
El EGO y el ego no lo permiten.
En el mundo de los psicólogos algo parecido recibe el nombre de Disonancia Cognitiva.
Pero, ¿nos negamos a los hechos a sabiendas, conscientemente, con ganas y voluntad de oponernos a la realidad?
O, ¿tal vez es algún oscuro proceso no consciente que nos mantiene encadenados y sometidos?
O, ¿podría ser una mixtura de ambas opciones? Como que algunas porciones de realidad las maquillamos adrede, otras las borramos por necesidad, y en tanto que otras no logran ser reacomodadas y permanecen activas y vitales más allá de nuestra voluntad.
¡Qué se yo! Porque, cada personas es un universo, cada situación pone en juego multitud de factores, y vaya uno a saber qué hace quién en qué momento determinado.
El hecho cierto, lo quieras creer o no, es que muchísimas veces nos mantenemos en el lado oscuro habiendo tenido la oportunidad de saborear el garrotazo del lado luminoso de las cosas.
Eso no nos hace necesariamente malos, ni bobos, ni defectuosos, ni tercos, ni presumidos, ni orgullosos, ni; o cualquier de todas ellas al mismo tiempo.
En realidad, solamente demuestra que somos humanos.
Somos seres de contradicciones, pero queremos aparentar vivir sin contradicción.
Somos criaturas de conflicto, pero actuamos como si estuviéramos en equilibrio.
Estamos sumergidos en un intenso caldo de impotencia permanente, pero nos las damos de genios y poderosos.
No toleramos la frustración, por eso hacemos de cuenta que no fracasamos.
Y, por supuesto que también están aquellos inadaptados y los desadaptados sociales.
Así como gente con desequilibrios neuroquímicos o algún otro desbarajuste que provoca psicopatía y sociopatía.
Y, por supuesto, que están los aprovechados que conocen tus debilidades y te manipulan.
Son pastores religiosos, o caciquillos políticos, o algún otro pelafustán que con estudios detrás o simplemente habilidad para manipular, te mueven de un lado para otro tocando los botones de tu Sistema de Creencias.
¡Estamos llenos de piratas de la fe que mercadean con la ingenuidad de la gente y su desprotección a causa de su Sistema de Creencias!
Como sea, ¿qué hemos aprendido hoy?
Una cosa debe quedar clara, si nos apoyas económicamente seguramente estás un paso más cerca de la madurez y salud, así como del bien y la bendición, que si te obstinas en no dar nada y todavía inventar excusas para tu tacañería y abusivo uso de lo que generosamente te estamos ofreciendo. Para que no suene tan feo, tú estás a cargo: https://serjudio.com/apoyo
De nada.