Por cuestiones que hacen al complejo calendario hebreo y al mecanismo de lectura pública de Torá, esta semana corresponde que sean leídas dos parashot juntas, que son las que cierran el libro de Shemot/Éxodo, llamadas Vaiakel y Pekudei.
Veremos ahora un breve sumario de sus temáticas de acuerdo a sus aliot, o divisiones para que suban personas para bendecir la lectura de la Torá el sábado en la sinagoga.
1ª aliá: comienza con la mitzvá de no realizar MELAJÁ (alguna de las 39 tareas que se hacían para la edificación del Santuario) en el día de Shabat y el severo castigo por su transgresión.
Encontramos también el verso: «No harán arder fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de shabbat.» (Shemot/Éxodo 35:3), el cual es empleado de manera habitual para demostrar que la Torá Escrita está adosada a la Torá Oral desde su misma concepción, que una sin la otra es incompleta e incomprensible.
¿Qué sucede con este versículo que viene a poner de manifiesto este entrelazamiento irrevocable entre ambas facetas de la Torá?
Aquellos que aceptan la autoridad legal de la Torá Escrita, pero niegan la Ley Oral deben aplicar literalmente este versículo, y por tanto prohibir cualquier fuego ardiente en Shabat en sus casas. Por tanto, no tendrían ni luz, ni calor, ni forma nada que derive del fuego y produzca algún beneficio a las personas durante todo el día de Shabat. De hecho, así hacían los caraítas, quienes permanecían en absoluta oscuridad y soportando el frío porque su fundamento doctrinario es la negación de la Torá Oral, en tanto que dicen que permanecen adheridos solamente a la letra escrita de la Torá en su literalidad.
Por su parte, en el judaísmo que sigue la enseñanza rabínica el comportamiento es diferente, pues se puede emplear fuego, aunque no encenderlo, apagarlo o modificarlo, ya que así lo admite la ley transmitida oralmente.
Para establecer su autoridad sobre el pueblo judío, los sabios de la época de la Mishná instruyeron para que fueran encendidas adrede y consagradas a tal fin las velas de Shabat un rato antes del inicio del día sagrado. Estos maestros explicaban el versículo como que está prohibido encender fuego durante el día de Shabat, pero es permisible hacer uso de él para alumbrar o calefaccionar, o incluso calentar comida que ya estuviera cocida antes del día sagrado. De esta manera proclamaban su poder para enseñar de acuerdo a la Torá Oral y promovían el arraigo de su liderazgo. La mayoría de la nación seguía esta manera de vivenciar la Torá, porque eran leales a su doble faceta: escrita y oral. Siendo así, fue el judaísmo predicado por los sabios el que permaneció y se extendió a lo largo de los milenios. Por eso es que actualmente seguimos encendiendo las velas en honor a Shabat un rato antes de su inicio, bendiciendo de manera ritual, tal y como ordenaron los sabios de Israel.
Otro asunto en esta aliá: Moshé le pidió a los Bené Israel que donaran de su tiempo, talentos y materiales para la construcción del Mishcán (el Santuario).
El pueblo judío respondió con entusiasmo y gran generosidad.
2ª aliá: Betzalel y Aholiav fueron nombrados arquitectos y artistas en jefe.
Una tropa de artesanos, artistas, obreros y gente deseosa de participar en la obra se puso bajo sus órdenes para realizar todas las tareas necesarias para la edificación. Para lo cual seguirían el plan maestro provisto por Dios en principio a través de lo que le reveló proféticamente a Moshé.
También la generosidad de la población fue impresionante, ¡al punto que Moshé tuvo que ordenarle a la gente que detuviera sus donaciones!
Luego se detallan los revestimientos exteriores del Mishcán y los tapices interiores, así como el Parojet (cortina). Se describen las vigas de Mishcán, el Arón haEdut (Arca del Testimonio) y su especial tapa (el Caporet) con sus querubines encima, así como el Shulján (Mesa de los Panes).
3ª y 4ª aliót: se describe la Menorá y el Altar Dorado interior (Mizbaj haZaav). Se detalla el Altar exterior (Mizbeaj), el Lavabo (Kior) y el recinto circundante del Mishcán.
Aquí finaliza Vaiakel y comienza inmediatamente Pekudei con un recuento detallado de los materiales utilizados en la construcción del Mishcán.
5ª y 6ª aliá: se describen el peto (Joshen) y el chaleco (Efod) de Cohén Gadol (Sumo Sacerdote). Se detallan las prendas restantes del Cohén Gadol y los otros cohanim, y Moshé inspecciona el Mishcán completo. Luego él certifica que todo el proyecto siguió los detalles exactos de las instrucciones de Hashem. Esta fidelidad al plan dictado por Dios se repite varias veces durante la parashá.
Moshé bendice a los trabajadores.
7ª aliá: El primer día de Nisán del 2449 desde Adam, se ensambló el Mishcán. Después de que cada utensilio sagrado estuviera en su lugar, se lo ungía, así como se ungió a los sacerdotes y se les vistió con sus ropas de servicio sagrado, así estaban santificados (dedicados) para su tarea.
Tras lo cual, la presencia de Hashem, la Shejiná (Divina Presencia), descendió en una nube y llenó el Mishcán.
Antes de finalizar, me encantaría hacerte una pregunta y recibir una respuesta por algún medio virtual.
¿Cuáles crees pueden ser las asociaciones directas que podemos establecer entre alguno de los temas de estas parashot y esto que nos toca vivir, como son los tiempos del Coronavirus?
Estoy atento a tu respuesta.
Y, por supuesto, si tienes algún interesante comentario acerca de alguna otra de las temáticas que expusimos en este estudio, bienvenido sea.
Muchas gracias y que solo tengamos bendiciones y por tanto buenas noticias.
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