Siete llaves al bienestar

El alma humana está formada por 10 sefirot -facultades espirituales, que pueden agruparse en dos subconjuntos: las tendientes a lo Alto (trascendencia), y las tendientes a lo Bajo (transitoriedad)
De las primeras, podemos reconocer a las tres sefirot superiores que se asocian al intelecto.
De las segundas, reconocemos siete unidas al plano de las emociones.

Cuando la persona no ha trabajado en su refinamiento, las facultades superiores están sometidas a los deseos materialistas de las facultades inferiores.

Dada esta situación, ¿existe el modo para corregirse?
¿Cómo lograr el inicio del refinamiento, es decir, el corte del dominio de lo transitorio sobre lo trascendente?

El comienzo de la superación del caos, para toda persona, está en acatar las sheva mitzvot bene Noaj -los siete preceptos de Noaj/Noé, o universales humanos.
Es con esta finalidad que estas ordenanzas fueron conferidas por el Todopoderoso, como guía y camino. Pues cada uno de estos preceptos está involucrado especialmente en la rectificación de cada una de las esferas emocionales, que a su vez se encadena con un miembro particular en el organismo:

Sefirot emocionales Precepto Miembro
Jesed / Amor, bondad
Prohibición de actos sexuales perversos
Braz o
derech o
Guevurá / Poder
Prohibición de asesinato
Braz o
izquierdo
Tiferet / Belleza
Prohibición de robo
Torso
Netzaj / Eternidad, triunfo
Prohibición de idolatría
Pierna
derecha
Hod / Esplendor, reconocimiento
Prohibición de maldecir a Dios
Pierna
izquierda
Iesod / Fundamento
Prohibición de comer carne de animal vivo
Órgano
genital
Maljut / Reino
Establecimiento de un sistema legal
Boca  

Cada una de las mitzvot -preceptos- enseña el modo de rectificar la conducta/tendencia/hábito perturbador que afecta a determinada facultad, y que termina distorsionando el crecimiento integral de la persona.
Veámoslo:

  1. La perversión sexual es un ataque contra el amor, contra todo lo que induce a la bondad verdadera, que no es basada en el beneficio egoísta. Es una afrenta contra la posibilidad recreadora, creadora de nueva vida, de más posibilidades. Es un ataque contra la expresión del mayor desapego material en procura del apego espiritual.

  2. El asesinato ataca el poder, el potencial de crear, crecer, modificar, ser dinámico, activo. Destruye la semilla única que anida en cada ser.

  3. El robo atenta contra la belleza, la armonía, las relaciones estables y delimitadas que permiten el intercambio fluido y equilibrado entre los seres. Robar genera un desequilibrio en el traspaso y posesión de energías.

  4. La idolatría es el imperio de la falsedad y la distorsión, es el motivo que desvirtúa la Realidad, por lo que atenta contra la eternidad, contra lo que hace victoriosa a una persona, pues sólo la verdad es un triunfo. La egolatría, el egoísmo erigido en credo, es la más frecuente de las idolatrías.

  5. La blasfemia (maldecir a Dios) es una tacha contra el esplendor del alma que se rebela contra su esencia, contra sí misma oponiéndose al Eterno, pues desconoce, desagradece, y se aparta de la aproximación con Dios, la Fuente de Todo. Así como la egolatría es idolatría, la avaricia también es una forma de atacar el Nombre.

  6. Ingerir carne de un animal que permanece vivo perturba el fundamento de la existencia, pues desconoce el valor de la compasión, y el respeto por la criaturas de Dios. Ubica a la persona al nivel de una fiera, bloqueando la luminosidad de la Trascendencia.

  7. Se debe ordenar, legislar y juzgar de acuerdo a un sistema coherente, que esté basado en los anteriores mandamientos, para posibilitar que exista un reinado, un imperio del Bien, de la armonía total.

El siguiente esquema nos mostrará, en la estructura sefirótica, cómo el cumplimiento de estos mandamientos, si comenzamos desde la base, tiene un encadenamiento lógico y necesario. (Recuerde que comenzamos la serie desde abajo, desde «Maljut»)

Si existe un sistema legal justo , igualitario y equitativo (Maljut), el desenfreno de los impulsos irracionales se contiene y permite destellos de humanidad (Iesod).
Esto es la base indispensable para que la persona busque y halle en su interioridad lo mejor de sí mismo (Hod), y reconozca que todo proviene de Dios (Netzaj).
Ambos reconocimientos (de la propia valía y de la supremacía indisputable de Dios), emergen en una actitud de respeto por los límites, y anhelo por la estabilidad en los vínculos con el prójimo y el entorno (Tiferet).
Esto, finalmente, habilita a que las personas hallen el camino para compartir con el otro, con el prójimo generosamente, en lugar de ser avariciosos y viciosos, se halla la belleza en el compartir, en el crear, recrear, procrear. Es el desarrollo de todas las potencialidades, propias y en conjunción con otros (Jesed y Din)

En resumen, cualquier punto es bueno para comenzar el positivo cambio interno parcial, que influirá en una modificación propia, y posteriormente repercutirá en nuestro entorno.
Son nuestros actos los que deciden si crecemos, o nos deterioramos.

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CalebyElishevah

Shalom

Maravilloso escrito. Si no hacemos un análisis de aquello que motiva nuestras conductas
nuestra superación permanecerá estancada y sin destino adecuado.

Saludos querido Yehuda Ribco

Caleb

jhulio

Gran conocimiento tiene, y buena orientación nos da a  todos los humanos. Gracias moré, H’ os cuide. Paz y os de paz en el shabat.

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