Reino móvil

La tecnología está por doquier, ayudándonos en nuestras cuestiones diarias así como en las infrecuentes.
Pero también a veces es un verdadero obstáculo, sino un pozo sin fin plagado de dramas y problemas.

Por supuesto que los beneficios son amplios y en todas (o casi) las áreas de nuestra vida.
Posa tus ojos en cualquier parte, allí está presente la revolución tecnológica de los últimos años.
De hecho, estás leyendo estas humildes líneas gracias (en parte) a ella.

Sin embargo, han aparecido patologías relacionadas a la tecnología, por ejemplo la “nomofobia”, que es el miedo a estar sin el celular, sea por haberlo olvidado o perdido, o por quedarse sin batería. Sí, es un miedo que se asocia con el de perder objetos considerados valiosos, pero en este caso se siente casi como si estuviera en riesgo la propia existencia.

También existe el “FOMO” (Fear of missing out), que es miedo a no estar al día en las noticias, o peor aún, a ser excluido de las actividades en las que participan los conocidos. Es el miedo antiguo y conocido de estar por fuera del grupo, de ser anónimo, de no participar, pero ahora infinitamente potenciado por estar conectado todo el día y sabiendo hasta el mínimo detalle de las vidas ajenas.

O quizá a ti te ocurra, que sacas el celular para revisar el Facebook, o poner alguna anotación en Instagram, o un mensajito por el Whatsapp, o entrar a la página de noticias o…
Y seguramente también quieres avanzar al siguiente nivel en el jueguito que te ha atrapado y del cual eres adicto.
Los comerciantes se aprovechan, con razón o sin ella, entonces de pronto el móvil además de teléfono es agenda, reloj, guía de rutas, taxista, cámara, dama de compañía, diario, mapa, guía telefónica, tablero de juego, pizarra, oficina, celestina, linterna, calculadora, regla, libro de rezo, y ve tú sumando todo lo que cabe en esa pequeña maravilla.

¿Cuántos están a la mesa pero desconectados de quienes están a su alrededor?
¿Y los que conducen su auto con el celular en la mano, cosa que supongo es ilegal en todas partes?
¿Y los que van caminando sin prestar atención al tránsito porque están muy concentrados en los mensajitos que vuelan por la pantallita?
¿Y los alumnos que se escurren para enviarse respuestas de pruebas recién presentadas por el maestro?
¿Y en el trabajo, desorganizando tu tarea, distrayéndote de tu quehacer, perjurando a tus colegas, patrones, compradores, usuarios, etc.?
¿Y en la cama, robándote tiempo al sueño precioso o a la intimidad de pareja?
¿Y siendo la primera “presencia” al despertar, sea a la mañana o en medio de la madrugada porque te angustias por saber la última ocurrencia en la red social?
Seguramente tienes varios ejemplos más que puedes compartir, porque este efecto se encuentra por todas partes.

Te voy a contar un secreto, podemos descansar de este monstruo adorado.
Se crearon aplicaciones para limitar el uso del celular, o de la conectividad, o de las notificaciones. Si te interesa, puedes buscar que encontrarás. Están las otras, aquellas que te cuantifican el uso y luego te lo presentan para que puedas evaluar cómo has estado usando tu único e irrepetible tiempo de vida.

También, hace mucho más tiempo, se creó el poder de la voluntad.
Ésta quizás sería la mejor herramienta para hacer de la tecnología una aliada y no la causa de tu malestar.

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Jonathan Ortiz

En mi pais (no sé en otros) ahora se está presentando un fenómeno relacionado a los smartphones. Mucha gente tiene sus telefonos con la pantalla partida/rota, muchos por falta de dinero o falta de repuestos en el mercado, pero aun asi lo cargan y se aferran a ellos. Sin embargo hay N cantidad de telefonos con funciones básicas muuucho más económicos. Pero el smartphone aunque esté dañado es lo común y «normal». No sé si es consecuencia de una economia ficticia de hace unos meses atras cuando el gobierno puso al alcance de todos la posibilidad de adquirir equipos destinados… Read more »

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