Si no dejas de estar pendiente del pasado,
¿cómo esperas atender y aprovechar las oportunidades del presente?
Si tus brazos cargan con culpas e iras del pasado,
¿cómo quieres abrazar las bendiciones y beneficios que están lloviendo para ti en el presente?
Si tu corazón se angustia por fantasías del futuro,
¿cómo pretendes tener calma y satisfacción en este sagrado e irrepetible aquí y ahora?
Si no es ahora,
¿cuándo?