Una clave para el verdadero éxito

Esta semana leeremos en la Torá la parashá llamada Aazinu, que es un poema de despedida de Moshé del pueblo judío, con un mensaje para aquellos presentes hace 33 siglos pero que tiene relevancia en cada generación, pues fue elaborado con la visión profética que atraviesa los velos y percibe la realidad de una forma perfeccionada.
En un lenguaje complicado, antiguo y poético, nos brinda grandes ideas, reflexiones y verdades.
En próximo post iremos revelando alguna de sus enseñanzas.

Además es el Shabat Shuva, el que también es denominado Teshuvá, que así se llama al Shabat que está intercalado entre los Iamim Noraim.

Se llama Shuva, porque así comienza la haftará, es decir la porción de los profetas que acompaña la lectura de la parashá. Shuvá es: regresa, vuelve. Ese es el pedido del Padre Celestial a su hijo Israel, que vuelva al misericordioso abrazo del Padre y abandone las conductas que le perjudican.

Pero también es Teshuvá, que se traduce como arrepentimiento, porque está en los Diez Días del Arrepentimiento, que es uno de los pilares para estos días de tanta santidad que estamos viviendo.

Casi llegando al final, encontramos el siguiente pasaje en la hafatará:

«Comeréis hasta saciaros y alabaréis el nombre del Eterno vuestro Elohim, quien ha hecho maravillas con vosotros. Y nunca más será avergonzado Mi pueblo. Así sabréis que estoy en medio de Israel, que yo soy el Eterno vuestro Elohim y que no hay otro. Y nunca más será avergonzado Mi pueblo.»
(Ioel/Joel 2:26-27)

Por supuesto, hay muchas enseñanzas en tan pocas palabras.
Quiero dejarte solamente una ahora.

Dice: «Comeréis hasta saciaros y alabaréis el nombre del Eterno vuestro Elohim», debemos aprender a ser agradecidos con Dios cuando tenemos éxitos. No declarar las victorias como exclusivamente obra de nuestro esfuerzo, sino comprender que todo esfuerzo de nuestra parte es necesario y bueno, pero que siempre debemos contar con la ayuda del Creador para que las cosas lleguen a buen término.
Por ello, cuando nos olvidamos de nuestro Padre Celestial y terminamos disfrutando los bienes conquistados con soberbia, estamos declarando nuestra derrota espiritual. Es importante entonces tener humildad, especialmente cuando las cosas nos marchan bien.
Reconocer al Eterno, agradecerLe y seguir trabajando a Su servicio.
Nuestra parte de la tarea es valiosa, pero no es la única en la fórmula del éxito.
Cuando conscientemente involucramos al Socio, estamos cimentando un suceso mucho más positivo.

Espero que esta enseñanza sea bien recibida.

https://serjudio.com/apoyo

https://youtube.com/yehudaribco

 

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