Resp. 3520 – El fin de los OGros

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Efectivamente comenta el Midrash que el gigante Og permaneció con vida aferrado al arca de Noaj, y que éste magnánimamente le alimentaba a diario (Pikei Rabí Eliezer 23).
Og vivió hasta la época de la Salida de Egipto. Se había convertido en rey de Bashán.
Encontró su final a manos de Moshé Rabeinu, en desigual lucha, en la cual el justo venció con el poder de su pureza espiritual por sobre el inmenso poder material del gigante.
Los hijos de Og murieron junto a su padre, en la guerra que ellos iniciaron en contra de los Hijos de Israel. Cayeron allí también los otros gigantes y semi-gigantes, tal como apunta con específica claridad nuestra santa Torá (Bemidbar / Números 21:35).
Desde aquella oportunidad ya no hubo tal especie de gigantes pre-diluvianos (el medio hermano de Og, Sijón rey en Jeshbón con sus huestes habían caído en guerra previa en contra de Israel).

En cuanto a Goliat y sus hermanos, no eran descendientes de Og, o de alguna criatura de otra especie no noájida.
Goliat y sus hermanos eran de gran estatura (pero no gigantes, como lo fueran Og y los suyos) y de fuerza física, contaban con un dedo extra en cada mano y pie, pero a pesar de ello no dejaban de ser humanos, descendientes de Noaj. Más precisamente, de acuerdo al Midrash, Goliat y sus hermanos eran hijos de Orpa, la colega de Ruth, quien llevara una vida disoluta, por tanto, no se puede indicar con precisión la identidad del padre.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco