Resp. 5673 – los niños muertos se condenan?

Shalom, gracias por su pregunta.

Antes de dar una breve respuesta quisiera ofrecer tres reflexiones, que nadie me pidió pero me parecen oportunas y quizás necesarias.

1- Es absolutamente nulo y sin valor positivo lo que diga o pretenda enseñar el cristianismo –en cualquiera de sus variantes, incluidas las mesiánicas seudo judías- acerca de las cuestiones espirituales.
Su corazón, tradición, conocimiento, doctrina están arraigadas profundamente en la idolatría, y para colmo, en aquella que tiene la osadía de pretenderse santa y conectada con Dios, por tanto, es la antítesis de lo espiritual.
No se pude buscar agua en un pozo seco, ni se debe beber agua que está contaminada con el veneno de la muerte.

Como ya explicamos en otras ocasiones, sin dudas que hay que diferencias a los cristianos del cristianismo. Supongo que el 99% de los que se identifican como cristianos son gente buena, amorosa, amable, virtuosa, con defectos y virtudes, como no podía ser de otra manera. Pero, cuando de cristianismo se trata, las enseñanzas espirituales son antagónicas a la Voluntad de Dios y Su mandato. El cristianismo seguramente cuenta con enseñanzas morales positivas, como en cualquier otra organización humana, pero de allí a pretender que por ello su voz representa a Dios, que sus líderes son emisarios de Él, que su doctrina es de vida y eternidad… ¡no!

Lo mejor que se podría hacer es limpiar el organismo del veneno espiritual y beber del agua pura y buena de la espiritualidad (en su caso esa agua se llama noajismo).
Des-aprender para que el aprendizaje prenda y florezca y dé buenos frutos.
Olvide las enseñanzas no-espirituales, no las tome en cuenta, déjelas perdidas en algún desierto al que nadie visite jamás.
No siga dando vueltas en torno a las fantasías peligrosas, porque pueden consumirle su precioso tiempo de vida.

2- Dios en Su verdadera palabra revelada, la Torá, no hace mención a la vida luego de esta vida. No habla de premios o castigos post muerte. No promete paraísos o infiernos. Se centra en la vida en este mundo, en que las personas dediquen su tiempo a hacer de este mundo el verdadero paraíso. Las bendiciones y las maldiciones que alude la Torá son todas absolutamente terrenales.
¿Qué podemos aprender de ello?
En principio, y me parece lo más razonable, que no debemos estar indagando sobre lo que pasa luego de la muerte.
Si bien el judaísmo tiene sus enseñanzas valiosas (aquí tiene un link entre otros textos que puede encontrar en nuestro sitio), lo mejor es hacer que cada instante de su vida sea pleno, bendito, con sentido.
¿Cómo?
¡Construyendo Shalom!
Si hace eso, ¿qué tiene para temer de posibles existencias luego de este mundo?
De poco y nada sirve dar vueltas y vueltas a ideas que conspiran contra su felicidad y no brindan bienestar a nadie.
Y egoísta es quien actúa con bien a causa de que tiene miedo a castigos, o pretende con su conducta comprar absoluciones.

3- ¡No pida perdón por preguntar!
Si la pregunta es verdadera, es decir, con el ánimo de aprender, ¡es bienvenida!
Diferente es quien hace afirmaciones entre signos de interrogación; o pregunta para burlarse; o pregunta en falso para conseguir alguna supuesta victoria del EGO.
Pero, la pregunta sincera, honesta, que indaga para acercarse a la verdad, para apartarse de la celdita mental, ¡qué buena que es!
No reprima las preguntas verdaderas, pero tampoco rehúse escuchar cuando le responden con igual deseo de conocimiento y luz.

Ahora, una breve respuesta a su pregunta: “si un joven que no tiene conocimiento de Dios y muere podria ser condenado”.

El primero de los llamados “Diez Mandamientos”, que Dios ordenó a la nación judía y NO a los gentiles, obliga al judío/a a que debe saber que Dios existe y es quien rescató a la nación judía de la esclavitud de Egipto y es el Creador. (Saber que Dios existe NO ES fe, ni emociones, ni repetir lemas, ni ceguera intelectual; es SABER).

A los gentiles Dios no les obliga a nada parecido, lo que ordena es: “No servir dioses que no son Él” y “No maldecir Su Nombre”. Estos son los dos mandamientos que cada uno de los hijos de las naciones tiene para cumplir con respecto al Padre Celestial. Se puede derivar de ellos el creer que existe Dios, orarle, amarle, etc., pero no son mandamientos, sino derivados que no implican ninguna obligación impuesta por Dios. Ahora, usted mismo puede responderse a su pregunta.
En el caso de un niño/joven gentil que fallece y no cree en la existencia Dios, ni conoce acerca de Él, no ha cometido ninguna transgresión por ello. ¿Por qué habría de ser condenado?
¿Le parece que el Todopoderoso es un viejo rencoroso, una vieja chismosa, un egocéntrico malhumorado, que aplasta hormigas-humanas sin motivo? Yo sé que esa es la fantasía que mucha gente tiene y la cual engordan numerosas doctrinas religiosas. Pero Dios es sabiduría, bondad, justicia, verdad. No procede de manera vil.

Por otra parte, recordemos que hay cuatro niveles para el pecado, del más grave al menos:

1. Rebeldía.
2. Comodidad.
3. Ignorancia.
4. Error.

Son muy pocos los que realmente se desvían de la buena senda a causa de la rebeldía, del odio verdadero contra Dios y Sus cosas.
La mayoría pecamos porque nos es cómodo, nos brinda algún beneficio, nos agrada pero no tenemos intención de dañar u oponernos por malicia al Creador.
Y muchísimos pecados son a causa de la ignorancia, estamos como niños huérfanos criados por piratas. No se nos educa en la buena senda de la construcción de shalom, somos analfabetos espirituales, o apenas balbuceamos un par de letras.

Teniendo esto en cuenta, ¿dónde pondría usted el nivel de pecado de la gran mayoría de los niños/jóvenes que fallecen?

En resumen, cuando una doctrina supuestamente espiritual promueve el terror entre sus seguidores, al punto de hacer creer que Dios castiga y condena  pobres niños, ignorantes, inmaduros, inexpertos, por el mero hecho de no “tener conocimiento de Dios”, seguramente NO está hablando de Dios y Sus juicios, sino que está demostrando qué lleva esa doctrina en su corazón.
¿Se comprende?

En resumen:

• viva el presente,
• disfrute de lo permitido,
• apártese de lo prohibido,
• construya shalom en cada momento,
• aprenda lo que le corresponda,
• trate de caminar por su senda espiritual,
• promueva la libertad de la opresión al EGO, de toda religión.

Bien, quedo de usted.
Que sepamos construir shalom.