Resp. 6003 – Ubicación del Huerto del Edén

Shalom, ¿R. Shlomó ben David?

Agradezco su pregunta, que toca un tema fascinante y lleno de misterio en nuestra tradición judía: la ubicación del Jardín del Edén. Como bien sabes, Tzfat, nuestra ciudad santa, ha sido por siglos un centro de estudio de la Cábala y el Midrash, disciplinas que han dedicado mucha atención a este tema.
Sin embargo, me llama poderosísimamente la atención, y ya se lo he comentado en respuestas anteriores, que se anime a presentarse con un acrónimo típico de sabio clásico, incluyendo la R. de rabino al principio de su denominación.
Rabí Shelomó ben David… RASHBED, si fuera correcta y afortunada esta denominación, sería usted quien debiera aportarme la respuesta a su pregunta, pues sin duda, al corresponder el acrónimo a una eminencia de Torá, sin dudas sabría muchísimo más que este humilde maestro.
Es más aún mi consternación, para un rabino con acrónimo clásico, que además es filósofo y vive en Tzfat, sin dudas sería mucho más sencillo conocer la respuesta y tener a mano enormes sabios vivos en su cercanía a los cuales preguntar, o quizás hasta enseñarles.
Así que, me queda planteada la poderosa duda acerca de su acrónimo, de su intención, de su identidad.
Si quiere me saca la curiosidad en un comentario aquí debajo, si quiere, no me saca la curiosidad y me confirma en mis intelecciones.
¡Ahora, a lo menos importante! La respuesta a su consulta.

La Ubicación del Jardín del Edén: Un Misterio Perenne

La verdad es que la ubicación exacta del Jardín del Edén ha sido un enigma desde tiempos inmemoriales. La Biblia nos brinda algunas pistas, como la mención de los cuatro ríos que salían de él, pero estas descripciones han sido objeto de diversas interpretaciones a lo largo de los siglos.

Perspectivas Cabalísticas y Midráshicas:

• Un Mundo Superior: La Cábala, en su búsqueda por comprender los misterios de la creación, a menudo ubica el Jardín del Edén en un plano espiritual más elevado, más allá de nuestra realidad física.
  Un mundo espiritual, en una dimensión más allá del espacio y tiempo como nosotros los conocemos.
• Un mundo arquetípico: Edén sería un arquetipo de perfección y armonía, un estado original al que la humanidad aspira a retornar. Una primaria emanación de la Divina Voluntad, que luego forma correlatos en planos menos abstractos de la realidad.
• Un Lugar Terrenal: El Midrash, por su parte, tiende a buscar una localización más concreta para el Jardín del Edén. Algunas tradiciones sitúan el Edén en el Oriente, en algún lugar cercano a los ríos Tigris y Éufrates. Otras lo ubican en Jerusalén, otras en la cercanía de Hebrón, otras en ubicaciones más exóticas, como el Océano Índico o incluso en el cielo, es decir, en algún planeta que no es la tierra.

¿Por qué tanta diversidad de opiniones?

La diversidad de opiniones sobre la ubicación del Jardín del Eden refleja la naturaleza misma del texto bíblico. La descripción del Edén es simbólica y poética, y está destinada a transmitir ideas profundas sobre la naturaleza humana y nuestra relación con Dios, más que a proporcionar una ubicación geográfica precisa.

El Jardín del Edén como Arquetipo:

Más allá de su ubicación física, el Jardín del Edén representa un ideal de perfección y armonía. Es un símbolo del estado original del hombre antes de la elección por el EGO, un lugar donde reinaba la paz y la comunión con las reglas de Dios.
Sin dudas que el mejor lugar para señalar el Edén es aquí y ahora, si hacemos la Voluntad de Dios, y no seguimos los disparates agobiantes del EGO.

¿Está usted construyendo un Edén en su vida y la del prójimo?
O, ¿escoge vivir en falsedad y votando por lo que hace daño?

Conclusión:

La búsqueda de la ubicación exacta del Jardín del Edén es una empresa que probablemente nunca llegue a una conclusión definitiva. El valor de esta búsqueda radica en el camino que recorremos, en las preguntas que nos hacemos y en las respuestas que encontramos en nuestra propia alma.

El Jardín del Edén es, ante todo, un símbolo de un estado ideal al que todos aspiramos. Es un recordatorio de nuestra conexión con lo divino y de la posibilidad de recuperar la armonía perdida.

Pero, ¿se dio cuenta que no es lo mismo Edén que jardín del Edén ni un jardín en el Edén?
¿SE DIO CUENTA?
¿Comprende que no es lo mismo uno que otro?
¿O le parece que sí lo es?

En lugar de buscar una ubicación geográfica precisa, quizás deberíamos preguntarnos:

• ¿Qué representa el Jardín del Edén para mí?
• ¿Cómo puedo cultivar un «jardín del Edén» en mi propia vida?
• ¿Qué pasos puedo dar para acercarme más a la perfección y la armonía?
• ¿Qué debo hacer para terminar con los engaños en mi existencia?

Espero que estas reflexiones te sean útiles en su búsqueda.

Con mis mejores saludos,