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Los tres sonidos clásicos del SHOFAR han recibido numerosas interpretaciones y dan pie a diversas simbolizaciones.
Una de ellas es la que asemeja el toque del SHOFAR con la expresión emocional del alma dolida a causa del mal.
Por ello prorrumpe en la TEKIÁ, como un grito sorpresivo y fuerte, de aquel que de pronto se ve inundado por una contrariedad, “AHHHHH”.
Luego se pasa al gimoteo del SHEVARIM, con tres exclamaciones sufrientes, sensibles, “ay, ay, ay”; dando expresión al sufrimiento, pero sin buscarle un sentido o hacer de ello una causa para combatir. Simplemente gimotear, sin aún desbarrancarse sin fuerzas en llanto.
Posteriormente se derraman esas lágrimas hipadas, entrecortadas, lastimosas, como desconsoladas, “uh, uh, uh, uh, uh, uh, uh, uh, uh” que forman la TERUÁ.
Para finalmente culminar con una TEKIÁ GUEDOLÁ o una TERUÁ GUEDOLÁ, como si el ánimo se aquietara, se fueran calmando las emociones pesadas, para ir dando paso a una aceptación de la realidad que es la primera condición para elaborar el duelo o construir una realidad mejorada.
¿Cómo podrías aplicar esta breve enseñanza a la hora de escuchar el toque del SHOFAR?
Un sonido siempre impactante, que me lleva a mi y a todos a reconocer lo profundo de nuestra relación con Boré Olam.
!Que cambio! B’H muy agradable, nada más toca acostumbrarse… gracias Moré
gracias, estoy viendo como mejorarlo. todavia no se acostumbre a ninguno!
mejor, pruebas antes de Rosh HaShana