Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión inspiradora basada en el mes de Adar. En la tradición judía, este mes es conocido como un tiempo de alegría y celebración, quiero profundizar en la sabiduría trascendental que se oculta detrás de esta festividad.
Adar es un mes de transformación personal, un llamado divino para despojarnos de las capas de ilusión y limitación que nos rodean y revelar nuestra verdadera esencia. En la sabiduría cabalística, se nos enseña que cada uno de nosotros es un reflejo de lo divino, portador de una chispa sagrada que nos conecta con el Creador.
Durante Adar, somos invitados a recordar nuestra conexión espiritual y a contemplar la realidad material desde una perspectiva trascendente. Es un mes en el que las vibraciones cósmicas se intensifican, brindándonos la oportunidad de elevarnos por encima de nuestras limitaciones y expandir nuestra conciencia espiritual.
En la historia de Purim, vemos cómo Esther y Mordejai, con su valentía y fe inquebrantable, lograron revertir el decreto malvado de Hamán. Este relato encierra un mensaje profundo: que cada uno de nosotros tiene el poder de transformar nuestra realidad, incluso en los momentos más oscuros. A través de la conexión con lo divino que reside en nuestro interior, podemos manifestar milagros en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.
Les animo a aprovechar este mes sagrado para realizar una profunda introspección. Pregúntense: ¿Qué aspectos de mi vida necesitan ser transformados? ¿Qué creencias limitantes debo dejar atrás para revelar mi verdadero potencial? Y recuerden, la transformación no es un proceso fácil, pero el resultado vale la pena. Es a través del despojamiento de nuestras viejas capas y la adopción de nuevas cualidades positivas que podemos alcanzar una mayor plenitud y conexión espiritual.
Además, en este mes de Adar, los invito a celebrar con alegría y generosidad. Purim es una festividad en la que nos regocijamos por la victoria sobre el mal, pero también es una oportunidad para compartir nuestra alegría y abundancia con aquellos que están en necesidad. Enviemos regalos y realicemos actos de bondad hacia los demás, recordando que la verdadera alegría se encuentra en el servicio desinteresado y la conexión con nuestra humanidad compartida.
En resumen, el mes de Adar nos ofrece una oportunidad única de transformación y conexión espiritual. Aprovechemos estas vibraciones cósmicas para despojarnos de nuestras limitaciones, revelar nuestra verdadera esencia y manifestar la alegría y el amor en nuestras vidas y en el mundo.
Que este mes de Adar sea un tiempo de profundo despertar espiritual y bendiciones abundantes para todos.
Con amor y sabiduría,
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