Si por temor a perder lo que se tiene, se vive como si no se tuviera,
padeciendo por ello,
entonces podría ser mejor no tenerlo y así sufrir con motivo.
O, ¿quién sabe, tal vez hay un camino más agradable?
Como aprender a disfrutar de lo permitido,
apartarse de lo prohibido
y dejar de pretender controlar aquello que no es posible dominar.