El espíritu de cada persona es “luz”.
Los pecados (las acciones que desvían del camino de los mandamientos) van poniendo manchas de oscuridad encima de la “luz”.
A más pecados, menor “luz” que resplandece en la vida de la persona.
La “luz” sigue allí, pero no alumbra, parece que como si no existe.
Pero, la “luz” está ahí, intocada, intocable.
Es posible revertir la oscuridad, descorrer el velo que cubre la “luz”.
Por medio de la “teshuvá”, el sincero y completo proceso de regreso al correcto camino de los mandamientos.
Es el camino, la verdad, la vida: TESHUVÁ.
Sin necesidad de milagros, ni de actos mágicos, ni de fe, ni de redentores, ni de sangre derramada, ni de sacrificios, ni de una vida de miseria, ni de remordimientos, ni de culpas constantes… el camino, la verdad, la vida: TESHUVÁ.
Es el método sagrado que Dios ha dispuesto para Sus hijos, la senda del retorno al camino de los mandamientos.
No está lejos de ti, no hay pecado no oscuridad que impida que limpies tu alma, para que dejes el vicio que te tiene esclavizado.
Está dentro de ti, tú eres el amo de tu “luz”, y de la oscuridad que obstaculiza que te alumbre y de bendición.
¡Hagamos limpieza del alma, dejemos que nuestra “luz” brille!
Encendamos cada día una nueva llama, para sumar “luz” a la “luz”.
Despréndete de las cáscaras que rodean y aprisionan tu “luz”.
Permite a tu alma alumbrar.
Añade una buena y justa acción cada día.
Sube en actitud positiva.
Agrega claridad a tu mente y mesura a tus sentimientos.
Permite a la luz abrirse paso hasta tu conciencia.
Suma los diferentes colores del arcoíris a tus actos.
Apaga el egoísmo y dale vida a tu vida.
Bunos días,
Tengo 60 años he dejado pasar los años con una mirada muy positiva hacia el judaismo, pues mi abuelo era judio, y hoy día necesito más que nunca hacer mi TESHUVÁ.