Si le pegas a tu asna

«Entonces el Eterno abrió los ojos a Balaam, y él vio al enviado del Eterno de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano.
Balaam se inclinó y se postró sobre su rostro.
El enviado del Eterno le dijo: -¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? He aquí, yo he salido como adversario, porque tu camino es perverso delante de mí. El asna me ha visto y se ha apartado de mi presencia estas tres veces. Si no se hubiera apartado de mí, yo te habría matado a ti, y a ella habría dejado viva.
Entonces Balaam dijo al enviado del Eterno: -He pecado. Es que yo no sabía que te habías puesto en el camino, contra mí. Pero ahora, si esto te parece mal, yo me volveré.»
(Bemidbar / Números 22:31-34)

Te recomiendo leer los versículos previos para tener una idea de lo que está aconteciendo aquí, en su versión hebrea original o en una traducción fidedigna judía y leal a la tradición.

Me llama la atención muchas cosas de todo el relato, pero de este breve pasaje en particular hay algo que destella con fuerza en su extrañeza: ¿acaso no tiene el emisario celestial nada mejor para decir que “¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces?”?
Se supone que el ángel estaba en una misión especial, para enderezar la conducta de este gran profeta gentil, que tenía mucha fe en Dios, y sin embargo era pecador.
Se supone que si el enviado estaba en el camino insistentemente, debería haber mencionado algo de lo que Balaam haría pronto, cuando cumpliera su mercenario contrato para maldecir a Israel.
Pero no, en el texto de la Torá vemos que no habla ni una letra de ello (aunque el midrash dice que sí), sino que resulta ser un ángel de la protectora de animales, puesto que es del maltrato animal que lo escuchamos decir algo.
Y sin embargo, él estaba en la senda del profeta antes de que éste castigara injustamente al leal animal. Entonces, ¿dónde quedó el gran mensaje espiritual que seguramente tenía para pronunciar el ángel? ¿Adónde fue la lección acerca de la moral, y la ética, y el amor al pueblo de Dios, y el no desear el mal al inocente, y el andar por la vida construyendo SHALOM? ¿Dónde quedó una tremenda enseñanza acerca de no odiar al santo pueblo de Israel ni provocarle a daños?
¡Todo eso se perdió, si es que alguna vez estuvo, para ser reemplazado por la pregunta: “¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces?”!

Aún más confusión añade el dato que aporta el midrash, cuando cuenta que el ángel se encargó de que la asna falleciera ahí mismo, para que no la convirtieran los tontos en una deidad y para que se disminuyera la vergüenza que sufriría Balaam.
Así pues, no era de la protectora de animales, ¿o sí?

Es todo tan raro, y me sigue atormentando la duda: ¿no tenía algo mejor para decir el ángel al revelarse a ojos del gran sabio gentil?

Con placer y ansioso espero tus ideas al respecto.

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Jonathan Ortiz

Los gentiles, en general, por generaciones hemos tirado al bote de la basura lo que Dios nos ha dado, en nuestro caso la identidad espiritual, en el caso de Balaam la capacidad profética y muestra de eso es el suceso de la burra.

Gracias por el texto

Jonathan Ortiz

E

Jonathan Ortiz

Es un hecho Moré, los hay y mucha gente los sigue.

Ademas, la burra se quedó siendo burra. No pidió ser vaca, u otro animal. Hay gentiles sienten que son un alma judia atrapada en un cuerpo gentil… nada más lejos.

Pero también no cierra si el profeta gentil omitió su acción contra Israel por miedo al enviado, o porque convencido de su mal actuar se corrigió.

Pareciera que fue obstinado en su misión maligna, pero por miedo (y no por consciencia) no la ejecutó.

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