"Yo habitaré en medio de los Hijos de Israel, y seré su Elokim."
(Shemot / Éxodo 29:45)
¿Acaso el Eterno mora en medio de los Hijos de Israel?
Él que trasciende las definiciones, las limitaciones, ¿está en medio de un pueblo tan pequeño y, en términos de poder, insignificante?
¿No es ésta una visión demasiado primitiva, reduccionista?
Y, ¿por qué "seré" en futuro, acaso el Eterno no es Elokim sin depender de nada ni de nadie?
Una de las probables respuestas a todas estas interrogantes es, que Dios nos santifica en tanto nosotros hacemos, con nuestro proceder, nuestras vidas santas.
¿Qué preferimos, vivir de apariencias, o de verdadera santificación?
Y ésta, sólo se consigue por medio de la senda marcada por Dios en su Torá.
Dios habita en medio de nosotros, y Él es (en efecto) nuestro Dios, si nuestras vidas son un testimonio de esto.
Shabbat Shalom les desea Yehuda Ribco
Destellos de la parashá
Continúa el relato de los implementos necesarios para el Santuario, así como parte del procedimiento habitual que en él se realizará.
El Santuario funciona como morada del Nombre de Dios, en tanto sean cumplidas las normas con exactitud y no se altere, ni siquiera con buena voluntad, lo que ha sido establecido por el Eterno.
Gracias por todas sus respuestas, he leído algunas y me a gustado HASHEM le añada mas sabiduría shalom. Rubén Durango.
gracias, bienvenido.
que esta buscando?
Hay alguna forma de copiar las diferentes respuestas, para tenerlas, si se puede gracias. Rubén Durango.
hola.
una a una hacer copy/paste.
¨Si nuestras vidas son testimonio de esto¨