¡Shalom, buscador de sabiduría! Es un placer sumergirnos juntos en las profundidades de la Parashá Vaiejí, la última porción del libro de Bereshit (Génesis), una parashá cargada de enseñanzas sobre el legado, la bendición, el perdón y la fragilidad humana.
Vaiejí, que significa «Y vivió», nos narra los últimos 17 años de la vida de Yaakov (Jacobo, nuestro tercer patriarca) en Egipto, un periodo que, a pesar de la bonanza material, está impregnado de melancolía y reflexión sobre su propio pasado y el futuro de su descendencia. La parashá se despliega ante nosotros como un tapiz complejo, tejido con hilos de:
-
La Transición y la Memoria: Yaakov, anciano y próximo a la muerte, exige a Yosef (José) un juramento solemne de que será sepultado en la tierra de sus padres, la entonces conocida como tierra de Canaán. Este acto revela una profunda conexión con sus raíces y una lucha contra la asimilación en la cultura egipcia. La muerte, lejos de ser un final, se convierte en un puente hacia el pasado y una afirmación de la identidad. Psicológicamente, vemos la necesidad humana de trascender la finitud a través del recuerdo y la herencia. Espiritualmente, Yaacov entiende que debe convertirse en un nexo con la tierra de la promisión, para que sus descendientes nunca olviden ese sagrado nexo y eventualmente retornen a la tierra que les pertenece y les engrandece.
Además, conociendo la tendencia a idolatrar judíos, no quiere ser convertido en una falsa deidad para los egipcios, por lo cual, es mucho más noble y espléndido, un retazo de humilde tierra con santidad, que la mayor de las glorias que provienen del lado oscuro.
-
Bendiciones y Desafíos: La famosa bendición que Yaakov otorga a sus hijos no es una simple enumeración de virtudes, sino un examen profundo de sus potenciales y limitaciones. Algunas tribus reciben augurios de grandeza, mientras que otras son confrontadas con sus defectos. Aquí vemos la complejidad de la naturaleza humana: nadie es perfecto, y cada uno tiene un camino único que recorrer. Desde una perspectiva social, esto plantea la importancia de reconocer la diversidad dentro de un grupo y cómo cada individuo contribuye de manera particular. Hacernos fuertes tanto con nuestras partes sanas como con aquellas que tienen potencial de ser sanadas. Es un desafío constante, crecer y dejar de inventar millones de excusas para sumergirnos en la esclavitud del EGO.
-
El Poder del Encuentro: En este momento, Yaakov reconoce a los hijos de Yosef como suyos propios, demostrando un acto de aceptación del papel crucial que tiene su familia en el destino de la humanidad completa. Aunque su relación con Yosef se vio marcada por la separación, el dolor que lo consumía a diario, la angustia de la pérdida sin final; ahora, con el reencuentro y la vivencia mutua culminan en una unidad familiar. Este aspecto de la parashá nos habla del poder reparador del encuentro sincero, de la importancia de superar las heridas del pasado para construir relaciones saludables.
-
El Legado de la Esperanza: La parashá concluye con la muerte de Yaakov y el juramento que las otras tribus hicieran a Yosef de llevar, eventualmente, sus huesos a Canaán. A pesar de la partida física, su espíritu y sus enseñanzas siguen vivos en sus descendientes. Esta idea de la continuidad y la esperanza se proyecta hacia el futuro, incluso en momentos de duelo y pérdida.
Reflexión para el Bienestar Emocional: El Legado de la Resiliencia
Vaiejí, en su complejidad, nos ofrece un valioso espejo para nuestra propia vida. Nos enseña que:
-
Aceptar la dualidad es clave: La vida no es un camino lineal de felicidad y éxito. Hay momentos de alegría y otros de tristeza, de crecimiento y de retroceso. Aceptar esta realidad nos permite desarrollar resiliencia y adaptabilidad. Yaakov, con su vida marcada por luchas y logros, es un ejemplo de esta capacidad humana para superar la adversidad. Tuvo cercado y marcado por el sufrimiento, por las contrariedades; pero tal como su ilustre descendiente, el rey David, quien también tuvo una vida de principio a final repleta de injurias y heridas, descubrió que todo momento es el indicado para crecer.
-
El pasado no nos define: Si bien la memoria y el pasado son importantes, no estamos condenados a repetir los errores de nuestros antepasados. Podemos aprender de ellos, perdonar y seguir adelante. El acto de reconciliación de la familia hebrea nos muestra el camino hacia la sanación emocional.
-
Nuestra herencia es también nuestra responsabilidad: Así como Yaakov transmite una herencia a sus hijos, nosotros también somos responsables del legado que dejamos a las futuras generaciones. Esto implica vivir con integridad, buscar la justicia y cultivar valores que nos permitan construir un mundo mejor. Hacemos hoy el mañana.
-
La esperanza es un motor vital: Incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante. La visión de Yaakov de un futuro mejor para sus descendientes, a pesar de la incertidumbre del presente, nos inspira a mantener viva la llama de la esperanza.
Comparte este mensaje con tus allegados y anímalos a reflexionar sobre estos importantes temas. Involúcrate en iniciativas que promuevan la construcción de Shalom.
Sigue participan de este sitio sagrado, serjudio.com, y de nuestro canal https://www.youtube.com/@YehudaRibco.
https://youtube.com/yehudaribco