Balak («Balac» -es un nombre propio-) es la séptima parashá del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
Temáticas:
Podemos señalar los siguientes temas en nuestra parashá:
- Balak contrata al brujo Bileam
El rey de Moab reconoce que el pueblo de Israel no es poderoso desde el punto de vista material, sino por influjo del plano espiritual. Es por ello que les teme, por ese poder irrebatible de Israel. Por tanto, decide acabar con ellos espiritualmente, para así hacerlo también físicamente. Para lograr su genocida deseo, encarga que el máximo brujo de la época, un tal Bileam, maldijera a los israelitas, para de ese modo poder liquidarlos.
Bileam solicita permiso del Todopoderoso para maldecir a Israel, pero el Eterno claramente le dice que los judíos son «un pueblo bendito» y que no deben ser maldecidos.
Sin embargo Bileam, movido por su rencor y por la codicia, desoye a Dios y se embarca en la misión de tratar de dañar a Israel en su pureza.
Dios claramente le dice a Bileam cuál es Su Voluntad, pero permite que el profeta oscuro tenga su propia determinación, para bien o para mal. Sin embargo, le avisa que al momento de declarar acerca de Israel, deberá hacer caso irremediablemente, pues en ese caso no estará ejerciendo su potestad libremente, sino que estará actuando como canal de la energía Divina. Por tanto, no depende de su libre albedrío, sino de lo que le ordene el Dueño de la visión profética. Sin embargo, llegado el caso, estaba en completa libertad de elegir ir por el camino del mal, cosa que realmente hizo, pero de manera obtusa, indirecta. - La asna de Bileam
Bileam montado en su asna va camino a encontrarse con el rey Balac para así ver si podía maldecir a los israelitas, cuando es interceptado por un enviado del Eterno.
La asna ve el peligro, y trata de esquivarlo; aunque el grandioso profeta nada ve, porque está ciego a la presencia del invisible ángel del Eterno. Por tres veces la burra le salva la vida, pero el ingenioso hombre no lo comprende, sino que cree que la pobre bicha está portándose salvajemente, Por ello, encolerizado la golpea con saña, y es entonces cuando milagrosamente la asna habla. Le expone el error del humano y menciona su virtud, de haberlo salvado de la espada extendida del ángel que estaba lista para atravesar su malvado corazón.
Bileam en lugar de reconocer su error y malicia, demuestra nuevamente su bajeza moral y espiritual. - Balak maldice cuando bendice
Balak tiene prohibido maldecir a Israel, pues eso es lo que le ha decretado específicamente el Todopoderoso.
Sin embargo, en lo que en una lectura llana pareciera ser una bendición, esconde una terrible maldición contra los israelitas. Igualmente, en el texto explícito aparecen metáforas muy bonitas acerca de Israel, de su santidad y también de su destino como el pueblo que guía a toda la humanidad hacia una era de superación colectiva. - El pecado de los israelitas
Balak no destruyó a Israel con las maldiciones maléficas de Bileam, pero sin embargo recibió de él un consejo perverso y exacto: para dominar y vencer a Israel, hay que atacar su firmeza espiritual. Para lograrlo, Bileam aconsejó que los israelitas fueran tentados a actos desvergonzados, cosa que en parte logró el siniestro objetivo.
Si los israelitas se deslizaban hacia todo tipo de perversiones sexuales, estarían a merced de sus enemigos.
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