Job 1:5 ¿Se sumergían ritualmente los hijos de Job?

En los últimos días se ha suscitado la idea de que en el libro de Job, en el Tanaj, se menciona que los hijos de Job tomaban abluciones rituales para noájidas como mecanismo de purificación espiritual para gentiles.
Se trajo como evidencia para tal suposición el versículo 5 del capítulo primero.
Veamos qué dice concretamente ese verso, en su contexto:

א אִישׁ הָיָה בְאֶרֶץ עוּץ, אִיּוֹב שְׁמוֹ; וְהָיָה הָאִישׁ הַהוּא, תָּם וְיָשָׁר וִירֵא אֱלֹהִים–וְסָר מֵרָע.  ב וַיִּוָּלְדוּ לוֹ שִׁבְעָה בָנִים, וְשָׁלוֹשׁ בָּנוֹת.  ג וַיְהִי מִקְנֵהוּ שִׁבְעַת אַלְפֵי צֹאן וּשְׁלֹשֶׁת אַלְפֵי גְמַלִּים, וַחֲמֵשׁ מֵאוֹת צֶמֶד בָּקָר וַחֲמֵשׁ מֵאוֹת אֲתוֹנוֹת, וַעֲבֻדָּה, רַבָּה מְאֹד; וַיְהִי הָאִישׁ הַהוּא, גָּדוֹל מִכָּל בְּנֵי קֶדֶם.  ד וְהָלְכוּ בָנָיו וְעָשׂוּ מִשְׁתֶּה, בֵּית אִישׁ יוֹמוֹ; וְשָׁלְחוּ, וְקָרְאוּ לִשְׁלֹשֶׁת אַחְיֹתֵיהֶם, לֶאֱכֹל וְלִשְׁתּוֹת, עִמָּהֶם.  ה וַיְהִי כִּי הִקִּיפוּ יְמֵי הַמִּשְׁתֶּה וַיִּשְׁלַח אִיּוֹב וַיְקַדְּשֵׁם, וְהִשְׁכִּים בַּבֹּקֶר וְהֶעֱלָה עֹלוֹת מִסְפַּר כֻּלָּם–כִּי אָמַר אִיּוֹב, אוּלַי חָטְאוּ בָנַי וּבֵרְכוּ אֱלֹהִים בִּלְבָבָם:  כָּכָה יַעֲשֶׂה אִיּוֹב, כָּל הַיָּמִים.

Ahora, veamos qué dice en una traducción basada en fuentes judías eruditas, las únicas con derecho y potestad para traducir y comentar sobre sus propias escrituras y tradiciones:

"Hubo un hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y recto, temeroso de Elokim y apartado del mal.
(2) Le nacieron siete hijos y tres hijas.
(3) Poseía 7.000 ovejas, 3.000 camellos, 500 yuntas de bueyes, 500 asnos y muchísimos siervos. Y aquel hombre era el más grande de todos los orientales.
(4) Sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.
(5) Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los consagraba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: ‘Quizás mis hijos habrán pecado y habrán bendecido a Elokim en sus corazones.’ De esta manera hacía continuamente."
(Iyov / Job 1:1-5)

La dificultad en la suposición acerca de los baños rituales se genera a partir de la palabra que traducimos “consagraba”, y que en el original dice “vaikadshem”.
Ya veremos qué significa, pero antes notemos qué dicen algunas traducciones cristianas (por lo tanto ajenas, insuficientes, riesgosas) al respecto:

  • Al terminar esos días de fiesta, Job los hacía venir para purificarlos: madrugaba y ofrecía un holocausto por cada uno, por si habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Job jamás dejaba de hacer esto. “La biblia de nuestro pueblo”.
  • Una vez terminados los días de esos banquetes, Job los mandaba a llamar para purificarlos; se levantaba muy temprano y ofrecía sacrificios por cada uno de ellos, pues decía: “Puede que mis hijos hayan pecado y ofendido a Dios en su corazón.” . “Biblia latinoamericana 2005”.
  • Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre. “La biblia de las américas”.
  • Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificábalos, y levantábase de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado á Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. “Reina Valera 1909”.
  • Al terminar esos días de fiesta, Job los hacía venir para purificarlos: madrugaba y ofrecía un holocausto por cada uno, por si habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Esto lo solía hacer Job cada vez.  “Biblia del peregrino”.

Por lo general no nos interesa en lo más mínimo lo que los traductores / corruptores cristianos dicen sobre palabras o versos del Tanaj, pero en esta ocasión nos parece oportuno, ya que entendemos que es por la incorrección en la traducción que luego se derivan los errores en la suposición.

Notamos que se usan dos voces “purificar” y “santificar”.
En el contexto judío (que da origen al relato de Job, que si bien era un gentil, su narración es parte de las escrituras judías, escrita por judíos, para judíos, con nociones judías) no remiten al mismo concepto, no son sinónimos.
Purificar (“letaher”) es retornar a la pureza, a la conexión con la vida.
Santificar (“lekadesh”, ) es separar, convocar, reunir en asamblea, apartar, consagrar, escoger, reservar, preparar.
No, evidentemente no es lo mismo purificar y santificar.
Ni tampoco se usa indistintamente a lo largo de las sagradas escrituras judías.
Los autores saben qué significa cada una y cuando corresponde su uso y no las confunden.

Tomemos un ejemplo de cuando aún no había Torá revelada, de cuando todavía no existía un cuerpo “dogmático” judío, de una época paralela a la de Job y veamos cómo se dice purificar: "Entonces Iaacov [Jacob] dijo a su familia y a todos los que le acompañaban: -Quitad los dioses extraños que hay en vosotros, purificaos (“veiteharu”) y cambiad vuestros vestidos." (Bereshit / Génesis 35:2). En ese mismo sitio, el renombrado comentarista Ibn Ezra dice sobre “purificaos”: “que bañen sus cuerpos”. Sí, así es. Purificar implica en muchas ocasiones el lavado de partes o la totalidad del cuerpo, pero eso es “letaher”, no “lekadesh”. Recordemos es éste el verbo que usa Job y no el correspondiente a purificar.
Es evidente, letaher no es lekadesh. Podríamos seguir abundando en ejemplos, hay decenas al respecto, pero no creo oportuno extendernos. Quien quiera realmente y se maneje con sinceridad y luz, encontrará correctamente.

El verso 1:5 de Job no usa la voz letaher sino una derivada de lekadesh, dice “vaikadshem”.
Así que partiendo desde el conocimiento básico del lenguaje es improbable hasta el grado casi absoluto de que el autor haya pretendido que los hijos de Job se “purificaran”, sino más bien que se “consagraran”, “santificaran”. Repito, lekadesh es santificar, convocar, reunir en asamblea, separar, apartar, consagrar, escoger, reservar, preparar.
(http://translate.google.com/#iw|es|%D7%9C%D7%A7%D7%93%D7%A9).

Los comentaristas clásicos sobre este pasaje, al respecto de la palabra en cuestión, no explican, lo que significa que es comprensible en sí mismo, sin suposiciones, sin nada extraordinario que aprender.
Pero, para no dejar dudas, la exégesis tradicional y establecida del Metzudat David enseña sobre “vaikadshem”: “Los convocó para que vinieran donde estaba él, así podría encaminarlos por la senda recta del Eterno”.
En similar dirección explica el Metzudat Tzión, cuando pone aquí mismo: “Se refiere a convocar, como cuando dice “hitkadshu lemajar” – “reúnanse mañana” (Bemidbar / Números 11:18)”.
Claramente se usa el sentido de “convocar”, consagrar, juntar, separar especialmente, para nada vinculado con el “purificar”.
Mucho antes que estos sabios comentaristas, en el propio Vaikrá Raba (sección 7) explicita exactamente la misma identificación con el pasaje en el libro de Bemidbar.

Veamos allí entonces qué es leakdish.
Según Rashi: “Prepárense para una desgracia que ocurrirá, como en Jeremías 12:3”.
Prepararse, estar listos, reunirse, estar pendientes, pero de purificarse… nada…

En conclusión, si tomamos en cuenta las fuentes sagradas, los comentaristas de renombre, el lenguaje en su obviedad, las costumbres de aquel tiempo y cultura, no hay siquiera una remota posibilidad para suponer que Job hacía que sus hijos tomaran baños rituales, abluciones. Nada en el texto lo permite suponer, ninguno de los comentaristas consultados lo sugiere siquiera al pasar.

Así pues, de aquí no hay evidencias de baños rituales que realizaran los noájidas de antaño como mecanismo de purificación espiritual.
Y de haberlo en algún sitio, tampoco se constituye en precedente legítimo para realizar hoy en día las costumbres que correspondían a aquellos tiempos y lugares.
Lo que Dios espera de cada gentil es el cumplimiento de los Siete Mandamientos y todas las buenas acciones que corresponden a sus razonables derivados. Esto es, llevar una vida de santidad por medio de las acciones buenas, justas y leales, tal como Él mismo se encargó en más de una ocasión de reclamar a través de Sus profetas.
Si los antiguos, que se presumen noájidas conscientes, realizaban ciertos rituales, actuaban según las normas de su época, no amerita como para tomarlo como necesario o bueno para esta era o nuestras culturas.
Mucho ha variado y no depende el noajismo de tales rituales o costumbres del medio oriente, sino de la fidelidad a los Siete Mandamientos y no a otra cosa.
Lo que era correcto como costumbre hace 3500 años probablemente no tenga cabida en la actualidad, ni sentido, ni razón de ser para el noájida despierto y activo.
Te menciono al pasar tres que se me vienen a la mente: poner la mano en el aparato sexual del otro cuando se va a prometerle algo; hacer sacrificio de animales como forma de alabar a Dios; la poligamia. En su momento puede que hayan tenido sentido, aunque algunas de las costumbres mencionadas como de los pueblos en aquellas épocas ya resultaban dudosas incluso entonces. Pero actualmente, no tienen sentido ni utilidad ni vigencia para el noájida. Lo quieren hacer, bueno, mientras no sea ilegal… pero… ¿serán más “santos” por vivir como los antiguos del medio oriente?

Pero los Mandamientos y aquellas reglas que permiten desarrollar una vida de plenitud en todas las dimensiones, acorde al sentido de los Mandamientos, eso sí tiene total vigencia y vigor.

Es más, Maimónides estableció como norma que deben ser extremadamente cuidadosos los noájidas de no inventar rituales que deriven en religiones, pues precisamente de ello es lo que hay que apartarse, la religión es lo que “impurifica”. Explícitamente codifica Maimónides:

Es regla general que no deben inventar una nueva religión ni adoptar para sí preceptos que no les corresponden [que son de los 613 para los judíos] o crear mandamientos por sí mismos sobre la base de sus propias decisiones .
Si quiere, que se convierta al judaísmo formalmente y cumpla con todos los preceptos [de los judíos], o que se quede con sus instrucciones noájicas, y no añada ni quite de ellas.

Si se dedicó al estudio de Torá [de las partes que no le conciernen directamente como noájida], o hizo Shabat [al modo judío], o innovó alguna cosa “religiosa” se lo debe castigar y se le debe informar que es merecedor de la pena de muerte, aunque no se le ejecute.”
(Mishné Torá, Hiljot Melajim cap. 10, ley 9)

En definitiva, seamos dichosos con nuestra porción, hagamos lo posible por construir Shalom que es muy necesario, indispensable, tal es nuestra sagrada tarea en el mundo.
Podemos dedicar nuestra existencia a lo que es bello, puro, santo, justo, cierto, verdadero, favorable, hay tanto para hacer, que está esperando por nosotros.
No sé si es razonable dedicar recursos y escasos y estar pendientes de cosas accesorias, que pueden resultar llamativas, anecdóticas, engordantes del EGO, útiles en cuestiones secundarias y a veces verdaderas piedras de tropiezo para multitudes….
Tenemos tanto para hacer, tanto necesario, y el tiempo es tan escaso.
Aprovechemos nuestras energías para hacer de este un mejor mundo, para que vivamos en Shalom y nuestros descendientes.
Eso es lo que hubiera querido decirnos Job

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