¿Noajismo? ¡No, muy fácil!

Algunos terroristas emocionales, junto a gente no muy despierta, suelen desacreditar este sagrado camino del noajismo diciendo que es “fácil”, que no tiene rituales, ni textos sagrados, ni fiestas religiosas, ni amenazas de castigos infernales, ni una teología compleja.
Les molesta que sea “fácil”.
Tan solo siete mandamientos, de ética básica, comprensibles, compartibles, no muy difíciles de cumplir (y sin embargo, tan poco respetados).
Sí, eso mismos que no son capaces de servir a Dios a través de siete mandamientos, son los que demandan más cosas judías, más restricciones, más reglas, más que vayan complicando la existencia.
Como si les resultara imposible soportarse tal cual son, como si fracasaran en encontrar en el espejo la belleza y verdad y por ello corrieran a ocultarse detrás de otros, disfrazarse de otros, llenarse de máscaras y consignas para no sufrir la insoportable nada que les devuelve el espejo espiritual.
Y no, no son nada por ser noájidas.
Se SIENTEN nada por rechazar su identidad, por negar su Yo Esencial, por repudiar el encuentro con su propia esencia sagrada.
Si estuvieran en armonía, en paz interna, serían dichosos con el tremendo tesoro que es el noajismo.
Agradecerían y agradarían a Dios cada día por el regalo de ser noájida y alcanzar la suprema belleza a través del simple camino de los Siete Mandamientos.
Pero no, se esconden, tal cual el pecador Adam, detrás de arbustitos, exponiendo excusas torpes, todo para no ser ellos mismos sino seguir siendo alienados.

Algunos vienen con pancartas demandando palabrería en hebreo, versículos, textos talmúdicos, refranes de rabinos, estudios de “Torah”, más exigencias, más obligaciones, especialmente más prohibiciones y vetos a una vida sencilla y bella. Son los mismos que dicen “boker tob” en lugar de buen día, como si eso le diera al día o a la vida una nobleza diferente, un sentido de trascendencia que no pueden encontrar con sus acciones. Son los mismos que huyen ante la idea de ser responsables, activos, constructores de shalom. Prefieren refugiarse en religión, superstición, dogmas, paparruchadas, en vez de encarar la vida con la majestad que corresponde a hijos del Rey.

Son pobres menesterosos, pidiendo limosnas, robando mendrugos, quejándose por migajas, porque rechazan el banquete que ya su Padre les ha preparado.
Y corren detrás de líderes “inspirados” por sus EGOs.
Líderes religiosos, pastores de ovejas (con el título clerical que fuera), gente de todo tipo y color, hay para todos los gustos, que tienen una meta en común: sentirse poderosos a través de adquirir dominio, poder, renombre, riqueza.
Allí van los líderes con su ovejitas, les dan pastito de supuesto Torá, o de budismo, o de lo evangelios, o de textos “sagrados” de aquí y de allá.
Salpican con sus astutas mañas para mantener a su rebaño sometido.
Obviamente, para estos taimados pastores (de la religión que fuera, con la teología que sea) el noajismo representa el fin de sus imperios, el cierre de sus fuentes corruptas de ingresos económicos. Ellos precisan de bosques enmarañados, muchas palabras para no decir nada, emociones que hacen vibrar, hacer sentir culpable e indigno al rebaño para venderles la promesa de poder, de salvación, de eternidad.
Por supuesto que a los pastores les resulta abominable el sencillo camino que Dios marcó para los gentiles, porque significa el fin de sus negocios, a veces imperios reales.

Noajismo es simple, es fácil, en parte porque es sagrado.
Dios no quiere que nos compliquemos la vida, sino que aprendemos a ser simples. Porque Él mismo nos enseñó con Su ejemplo de que debemos ir poniendo orden, simplificando, actuando con bondad, justicia y lealtad. ¿Dónde lo enseñó? Por ejemplo, en el relato del Génesis. Yo veo a Dios actuando con el principio de las Siete Leyes Universales. Por supuesto que es Dios, que hace las cosas a Su modo, pero allí está, cuando crea va poniendo orden, simplificando, haciendo que lo complejo inevitable igualmente no sea un mecanismo para el fracaso sino para el crecimiento.

Así pues, a los gentiles que de buena fe, sin mala intención critican la facilidad del noajismo, les invito a que se adentren en él.
Que lo critiquen todo lo que quieran, pero mientras lo transitan.
Porque el noajismo no es algo ajeno al noájida, al gentil, sino que es el verdadero pan espiritual para su esencia.
Cuando un gentil se adentra a pleno en el noajismo descubre que es feliz, que es íntegro, que es bendito.
Descubre todo eso que creía que estaba en “convertirse a judío”, o en las religiones, o en la Nueva Era. Pero, no, no está allí porque nada de ello le corresponde ni le satisface.
No es pan para el espíritu noájida.
Ven, critica todo lo que quieras, pero al rato descubrirás que cambias tu paradigma en 180º, dejas de ver la vida como una oveja, como alguien que se esconde de sí mismo.
De a poco, porque todo es paulatino, irás des-aprendiendo, descargando tu pesada mochila de rencores, creencias, doctrinas, malestares, enfermedades.
Te liberas de traumas, heridas, conceptos enquistados en tus cuerpo y tu mente y que anidan en el seno de las naciones desde hace por siglos.
Nadie te lavará el cerebro, no es necesario manipular, ni presionar, ni engañar, ni estafar, ni mentir. No es necesario porque el noajismo es vida para el gentil.
Podrás disfrutar sin luchar en contra de lo establecido sino transformando la realidad de forma compasiva, con bondad, con justicia, con lealtad.
Serás feliz, en conexión con Dios, contigo mismo, con el prójimo.
Claro, no de un día para el otro. No por milagro. No por una revelación mágica.
Sino paso a paso.
Habrá momentos de soledad, de angustia, de duda, de dolor… bienvenidos sean todos ellos, porque demuestran que están en realidad embarcado en el viaje más importante de tu vida: el de conocerte, amarte y respetarte tal y como eres.

Por supuesto que hay personas que solo leen y hablan de noajismo, pero sin incorporarlo.
Gente que lo usa como otra excusa, como otra religión, como otra adicción.
O peor, si es posible, como un “paso intermedio” para convertirse al judaísmo.
Porque aún no comprenden la magnifica identidad noájica y siguen encerrados en su celdita mental. No se identifican como noájidas, sino como futuros judíos.
Es triste, es lamentable. No por mí, no por el noajismo, sino por esa propia gente que sigue negada a verse al espejo y amar lo que allí descubren.
Esos pobres noajUdas, gente sin identidad pero que intentan arrastrar a otros a su tormento.

Para quien está comprometido con el noajismo, este es un camino lleno de piedras, porque la vida las trae, porque el EGO las usa, porque la sociedad no comprende o no quiere hacerlo.
Habrá soledad, habrá dudas, pero hay dicha, bendición, plenitud, no muy lejos, solamente tras desprenderse de los males que se traen del pasado y de las mentirosas esperanzas que se ponían en un imaginario.

Si quieres, puedes probar esta vida de sencillez, de belleza, de armonía.
Dichoso tú que eres gentil y el noajismo es tu porción.

Tienes muy cerca de ti la posibilidad de sentir paz, la indescriptible conexión con el Creador, el vínculo con el prójimo.

Bienvenido seas. Ahora, vive tu noajismo y compártelo.

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billy

Tristisima realidad,
Es muy comun ver a tantos pobres perdidos en sus mentes, rechazandose a si mismos, «negandose a si mismos» tal como les enseño su «maestro» al mismo que «niegan» ahora de hocico pero que con su actitud demuestran que lo siguen!!!
Disfrazandose, y haciendo burdas copias de cuarta, pretendiendo ser lo que no son ni seran!!
Por eso mismo, «el que por gusto muere, hasta la muerte le sabe»

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