Tazría / תַזְרִ֔יעַ

Éste (6/4/2019) es uno de los pocos shabatot en los cuales se leen tres sifrei Torá en el ciclo de la lectura pública de la misma. Se lee TAZRÍA, que es la parashá que corresponde a este shabat, por ser rosh jodesh (principio del mes del calendario hebreo) agregamos la lectura respectiva y se recita una de las cuatro parshiot especiales, en este caso parashat haJodesh (que anuncia el comienzo del mes de Nisán).

Repasemos los temas centrales de la parashá TAZRÍA.

La mujer que ha dado a luz queda en estado de tumhá (impureza) durante 7 días + 33 días si ha nacido varón y el doble por una niña.
Recordemos que estado de tumhá en este marco estrictamente significa: haber estado en contacto con lo que debilita la vitalidad, existiendo diferentes niveles de debilidad. Es así que la proximidad con un cadáver humano es el grado máximo de tumhá, porque éste es la máxima manifestación de la negación de la vida.
También recordemos que la tumhá no implica en sí misma pecado, ni alguna condición inmoral de quien la padece, sino solamente estar en un estado energético que no le permite tomar contacto con lugares y objetos santos, como por ejemplo ingresar al recinto del Templo, hasta tanto no se haya realizado el ritual correspondiente de purificación.
Tomando en cuenta que una mujer queda en estado de tumhá por el hecho natural y positivo de traer a este mundo un hijo o hija, una excelente pregunta podría ser… ¿te animas a formularla?

La Torá también establece estados de tumhá para personas que padecen diferentes afecciones en la piel, en particular causadas por una enfermedad de aquellos tiempos conocida como nega tzaraat, la cual es frecuente traducir como “lepra”, aunque realmente no lo era. A quien padecía esta enfermedad se le denominaba metzorá.
Luego de que un cohén examinaba las marcas en la piel y cabello del afectado y le declaraba metzorá, la persona debía salir del campamento y vivir fuera de él. Llevaba un atuendo característico y era su deber avisar a los demás de su condición para que se mantuvieran aparte. Uno de los motivos para este aislamiento sin dudas era preservar el bienestar general, para evitar que la terrible noxa se propagara. Había en el cuerpo, vestimentas y objetos tocados por el enfermo agentes que transmitían la enfermedad. Sean hongos, bacterias, virus o el elemento que haya sido, se hacía indispensable alejar al portador para que no contagiara al resto de la población. No había motivación violenta o maliciosa en esta obligada separación. Tal como incluso en la actualidad se sigue poniendo en cuarentena a personas que pudieran transferir sus agentes patógenos a otros.
Pero los sabios encuentran que detrás de esta conducta principalmente había un motivo ético, porque consideran que este apartamiento del metzorá era una consecuencia de sus acciones previas. Resulta que la mayoría de los afectados por esta enfermedad se dedicaban a hacer lashón hará, que es hablar cosas innecesarias y perjudiciales de otras personas. Aunque contaran hechos verdaderos, aunque los afectados estuvieran escuchando, igualmente es lashón hará si no es realmente necesario contarlo y se daña reputaciones con ello.
Dicen los sabios que así como con esta horrible conducta de lashón hará uno provoca que se corten relaciones humanas, que se separen personas, que se generen conflictos que son evitables; esos mismos efectos debía padecerlos en carne propia el malshín (mal hablador). Siguiendo el principio de que Dios juzga según nosotros juzgamos, al malshín se le hacía sentir lo que él estaba provocando a su víctima. Que sea apartada de su medio social, que lo rechacen, que no quieran contacto con él. Cuando la lección era aprendida, la afección de la piel se curaba, el metzorá cumplía con determinado ritual de purificación y podría retornar a su lugar en el campamento. Esperemos que habiendo aprendido la lección de no hacer más lashón hará. Lo triste es que se llegara a cosas tan espantosas para lograr esa enseñanza tan básica y esencial.
Hace muchos siglos no se produce más el nega tzaraat, pero no porque hayamos comprendido la gravedad del lashón hará, sino por la bondad de Hashem.
Está bueno tenerlo presente y trabajar para evitar caer en esta conducta tan deplorable y tan habitual.
Ojalá que sepamos pensar, hablar y hacer cosas que nos den shalom interno y con los demás.

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