Se suele decir que el ayuno de Esther es a causa del ayuno de tres días que ella hizo y pidió que los judíos respetaran, antes de encontrarse con el rey para conseguir liberarlos del edicto genocida que pendía sobre ellos.
Pero tal vez hay un motivo profundo más.
La heroína de Purim, Ester, padeció de manera terrible su historia y no culminó el día que los judíos se salvaron, sino que se continuó todos los días de su vida.
Sí, era reina del imperio más poderoso.
Sí, tenía todas las riquezas y lujos habidos y por haber.
Sí, pero su jaula de oro no dejaba de ser una jaula.
Su posteridad tampoco prosperó, pues su hijo Darío se perdió para el pueblo judío.
Así pues, ella fue una terrible pérdida y se sacrificó para libertar a sus hermanos.
Tal vez por ello es el ayuno en su nombre, para recordarla y confirmar que sí tiene posteridad en este mundo y su valor es de las joyas más preciadas en la corona del Rey.
Al mismo tiempo nos recuerda que fue fundamental que los judíos retornaran a su identidad, porque el genocidio de Amán solamente iba a culminar ese que ellos habían iniciado con la asimilación y la pérdida de su carácter sagrado de vida.
Entonces, tengamos presente a Ester y su tarea para que sea más sencillo para nosotros construir SHALOM.
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